Dos policías detienen a una joven durante las protestas de ayer en San Petersburgo. :: REUTERS
MUNDO

Putin se estrena contra la oposición

La Policía detuvo ayer a más de un centenar de detractores del presidente

MOSCÚ. Actualizado: Guardar
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La concentración opositora que ayer por la tarde tuvo lugar en la plaza Pushkin de Moscú para denunciar las falsificaciones perpetradas durante los comicios presidenciales del domingo no ha sido todo lo multitudinaria que se esperaba. Frente a las más de 100.000 personas reunidas el pasado 4 de febrero en la Plaza Bolótnaya, ayer no había más de 20.000, según reconocieron los propios organizadores. Bien es verdad que, pese a que el evento estaba autorizado, la Policía se empleó a fondo para entorpecer la llegada de manifestantes, limitando el movimiento en las aceras y en las salidas de las bocas de metro. Influyeron también las advertencias lanzadas en la víspera sobre la preparación de supuestas «provocaciones» y sobre la determinación de las fuerzas del orden de reprimirlas con firmeza. Se practicaron más de un centenar de detenciones en la capital rusa y otras tantas en otras manifestaciones celebradas en San Petersburgo.

Justo cuando empezaba el acto en la Plaza Pushkin, la Comisión Electoral Central anunciaba la victoria definitiva de Vladímir Putin al obtener el 63,6% de los votos. Se ha escrutado ya prácticamente el 100% de las papeletas. El dirigente ruso obtuvo en 2004 el 71,3%.

Durante el mitin tomó la palabra el exdiputado Vladímir Rizhkov para anunciar que el comité organizador exigirá a las autoridades la repetición de las legislativas de diciembre y las presidenciales del domingo. «Las votaciones en las que ha sido elegido Putin han sido una farsa, fraudulentas e ilegítimas», gritó Rizhkov a la multitud.

El resto de los oradores, entre quienes estaba también uno de los candidatos, el multimillonario Mijaíl Prójorov, insistieron en que la lucha por conseguir la repetición de los comicios y la democratización del país «continuará de forma pacífica». Poco después de terminar la protesta, los que continuaron en la plaza empezaron a ser detenidos, entre ellos el bloguero anticorrupción Alexéi Navalni, el líder de Solidarnost, Iliá Yashin, y el coordinador del Frente de Izquierdas, Serguéi Udaltsov.

Hubo también arrestos en la plaza Lubianka, cuando los partidarios de la organización La Otra Rusia trataron de acercarse al edificio de la Comisión Electoral Central para denunciar el fraude cometido. Uno de los detenidos fue el escritor Eduard Limónov. El inmenso dispositivo policial desplegado frustró además el intento de formar un «anillo blanco» en torno al Kremlin. La acción había sido convocada por el exministro, Borís Nemtsov.

Los que no tuvieron ningún problema en manifestarse fueron los partidarios de Putin, los comunistas y los ultranacionalistas. Estos últimos, sin autorización alguna, avanzaron por todo el centro, a través del anillo de los bulevares, avasallaron a los transeúntes y apalearon a un periodista de la radio Eco de Moscú. Todo ello sin que la Policía mostrase el más mínimo intento por impedirlo.

El juego de la democracia

Todo indica que, tras la victoria de Putin, todo volverá a ser como antes. Parece que la oposición seguirá siendo hostigada hasta que el Kremlin consiga que cada vez que se convoca una manifestación acudan los de siempre, unos cuantos centenares de personas.

Los observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), que han supervisado la marcha de los comicios, estiman que su desarrollo ha favorecido a Putin por la desigualdad de condiciones del resto de los candidatos. Admiten también numerosas irregularidades, aunque constatan avances con respecto a las legislativas de diciembre.

El jefe de la misión, Tiny Kox, dijo que «en este gran país no hay un árbitro imparcial y creemos que es necesario para jugar el juego llamado democracia». Más duro fue el jefe de los observadores de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), Tonino Picula, que acusó a Rusia de «incumplir sus compromisos» de garantizar unos comicios limpios. La UE y EE UU instaron a Moscú a subsanar las deficiencias e investigar las irregularidades.

Putin dijo haber dado instrucciones para que se comprueben las infracciones que la oposición denuncia. Así lo expresó durante una reunión con los candidatos que se han batido contra él. El único que no acudió a la llamada del recién elegido presidente fue el comunista Guennadi Ziugánov, quien el domingo afirmó que impugnará los resultados de las elecciones.