Mario Iceta, obispo de Bilbao, presidió la función solemne del Santo Crucifijo

La hermandad de San Miguel culminó con éxito los cultos que ha celebrado esta semana en su sede, la iglesia de San Miguel. La corporación que preside Luis Cruz celebró en el segundo domingo de cuaresma la función principal de instituto, broche de oro a unos cultos que se han venido celebrando en el templo diocesano con la predicación de Enrique Mora, sacerdote mercedario venido expresamente desde Salamanca. Para la solemne eucaristía, la corporación ha contado con la presencia del obispo titular de la diócesis de Bilbao, Mario Iceta, que presidió una ceremonia solemne que contó con la colaboración de la Coral Catedralicia, brillantemente dirigida como es ya habitual por Ángel Hortas.

La diputación de cultos de la corporación organizó una función acorde con la solemnidad tanto del templo que es sede de la corporación, como de la propia cofradía. La coral estuvo apoyada por la presencia de la orquesta, también dirigida por el maestro jerezano, que interpretó la eucaristía de Perossi, así como el estreno orquestado de las coplas al Santo Crucifijo de la Salud. La hermandad editó unos libretos para seguir la ceremonia que reproducían con exactitud el desarrollo de la misma, y ofreció a los devotos la oración especial dedicada por el prelado de la diócesis vasca a los titulares de la hermandad de San Miguel junto con la fotografía de sus imágenes titulares. La corporación, con esta eucaristía, pone punto y final a sus cultos cuaresmales, que tendrán una cita próxima en el calendario con el traslado del Santo Crucifijo a su paso de salida.