VUELTA A LA TORTILLA
Actualizado: GuardarAntes del partido contra el Lucena pude comprobar como, en una encuesta de un programa televisivo de deportes, no se hablaba muy bien del juego del Cádiz esta temporada. En primer lugar pensé que el personal debía estar algo escocido por la derrota ante el Lucena en el partido de ida y se estaba poniendo la venda antes de que sangrara la herida. En segundo lugar me sirvió para corroborar que algo ha cambiado en el cadismo. Ese grito, que tanto daño ha hecho, «alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual» parece que ha quedado desterrado para siempre. El aficionado que se gasta su dinero (y más con lo que cuesta ahora en tiempos de crisis) no se conforma con cualquier cosa. Le ha dado la vuelta a la tortilla. Y que yo sepa son casi los mismos que iban al fútbol hace unos años porque el club ha logrado mantener, con algunos recortes, el número de abonados.
Con los números en la mano el equipo de Jose se va a pasar un año sin perder en casa. Eso es innegable. Pero también es innegable que no enamora a su hinchada. Eso al menos es lo que se desprende de la opinión generalizada de los entrevistados. Hay un convencimiento de que va a estar en la pelea, pero también hay una sensación de miedo, de falta de confianza en que realmente lo vaya a conseguir. La falta de calidad del grupo es otro argumento que juega en su contra aunque esa cantinela ya la vengo escuchando hace muchos años.
Precisamente, casualidades que tiene la vida, los amarillos hacen el mejor partido de la temporada contra el segundo de la categoría, contra el mismo conjunto frente al que hizo su peor encuentro hace una vuelta. ¿Éramos tan malos entonces? ¿Somos tan buenos ahora? Ni una cosa ni la otra. Pero al incondicional le ha cambiado el semblante y la confianza. Cosas de este bendito fútbol que tanto nos apasiona.