Parodia electoral en Irán
Actualizado: GuardarEl Parlamento iraní tiene reputación de bullicioso y a veces ejerce la que parece ser su única prerrogativa real: confirmar o no a los ministros propuestos por el presidente Ahmadineyad que, en realidad, es un primer ministro y no un verdadero jefe de Estado con verdaderas atribuciones. Ese es el papel de Alí Jamenei, sucesor de Jomeini, Guía de la República Islámica de Irán y jefe del Consejo de Guardianes. Este marco legal sugiere la importancia muy limitada de la elección legislativa de hoy en el país, que designará un Parlamento de 290 diputados. Lo hará con la gran corriente reformista amordazada, para decirlo suavemente, sus líderes encausados o en arresto domiciliario y en medio de un deterioro imparable de la situación económica. Nada de esto mejorará con la elección cuyo único interés verdadero reside en la cifra de participación. El país y sus dinámicos ciudadanos tienen, por desgracia, otras preocupaciones que designar un Parlamento que solo servirá para estatuir quien es más nacionalista o más ultra, los de Jamenei (Frente Unido) o los de Ahmadineyad (Frente de Resistencia).