GUSTOS Y COLORES
Actualizado: GuardarDicen que hay dos libros que todavía nadie ha escrito. Uno es el de los gustos. El otro, el de los colores. No a todos nos sabe igual la comida por mucha calidad que tenga. Tampoco se libran los colores, porque todos tenemos el preferido para vestir, adornar...sentir, en una palabra. Por que gustos y colores se dan la mano en el imperio de los sentidos. Provocan emociones. Unas veces placenteras y otras de rechazo. Atrás quedó la época en la que imaginábamos los colores de nuestros equipos de fútbol. Imaginación convertida en el arte de adivinar qué contendientes jugaban en aquellos partidos televisados en blanco y negro. Era curioso si jugaban Valencia-UD Las Palmas, o Betis-Atlético de Madrid. ¿Jugaban uno contra otro? O ¿eran titulares y suplentes en una pachanga? Si no conocías las características físicas de los jugadores, siempre había que preguntar a los mayores. Menos mal que en nuestro auxilio acudía la socorrida colección de cromos de turno, para poner las cosas en su sitio. Pero todo ha cambiado y de aquellos no colores, reconocibles aún en 625 líneas, hemos pasado a saborear toda una galería cromática asociada a nuestros equipos por culpa de la mercadotecnia. Salvo la primera equipación que apenas ha variado pese a modas y modismos, las vestimentas de los equipos han mutado hasta colores que uno ni conocía. Si al niño se le mete entre ceja y ceja comprarse la segunda camiseta de su equipo que este año es blanca, el año siguiente querrá de nuevo ese segundo uniforme, ya teñido de negro, magenta, naranja o verde pistacho. ¡¡Acólitos de Picasso y Van Gogh a escena!!
Para colmo, la selección nacional. Nuestra selección. El equipo de todos. España, también se ha apuntado al carro. ¡¡Horror!! Nunca me ha gustado el sobrenombre de La Roja para la selección. Puestos a elegir, La Rojigualda, aunque suene a yunques y fasces. Pero de ahí a La Celeste... ¿Retrógrado?, pues sí. Pero como el libro de los gustos y el de los colores sigue en blanco...