CAMPO DE MINAS

El amor de los yuppies: una definición

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Amor de nuevo rico o parvenu. Requisito: cuarenta mil euros de renta mínima anual, destinada a viajes, dietas y alojamientos; cierto aire despreocupado, advenedizo y esnob; amplia disposición afectiva y una clara vocación consumista refractaria no obstante al capricho y la ostentación, además de una inclinación efectiva hacia la vida ociosa y contemplativa y el mito bohemio del bon vivant. Ejemplo: el romance entre el director ejecutivo de un oscilante grupo editorial madrileño y una señalada activista por los derechos de los animales, columnista y poeta. Viven de forma independiente en sus respectivos apartamentos de soltero, situados en el mismo edificio, eso sí: uno arriba del otro. Se reunen cada día para comer. También se acuestan juntos, pero no necesariamente de noche. En señal de su amor, y como expresión simbólica de su alianza, ambos llevan tatuado un signo de infinito (8) en el dorso de la muñeca derecha, a guisa de pulsera; pero nada de anillos. Desde el punto de vista de un observador asexuado, hacen una excelente pareja. Pregunta: ¿supone ello un avance en la forma de vida conyugal afectiva de los últimos tiempos, o más bien constituye un retroceso en la estructura clásica de la unidad familiar, fruto de una disgregación progresiva? Y: ¿es dicho avance o dicho retroceso privativo de las sociedades occidentales, como algunos quieren hacernos creer? Puede que tal sea el signo de los tiempos. Según narra Julian Barnes (el biógrafo más fidedigno del osezno francés), Louise Colet era «pasmosamente incapaz» de entender que Flaubert pudiera amarla verdaderamente sin sentir deseos de verla. Vivían, como es sabido, a muchos kilómetros de distancia, aunque su correspondencia no desmerecía un ápice dicho alejamiento. ¿Es saludable pues, en el marco de las relaciones de pareja contemporáneas, disociar amor y cohabitación e, incluso, matrimonio y paternidad, como propone Onfray en su Teoría del cuerpo enamorado, y como de hecho ocurre cada vez con mayor frecuencia en las nuevas familias monoparentales? Un inglés de ascendencia surasiática como Hanif Kureishi lo ha relatado bien: «En la India -dice el desencantado narrador de Intimidad- no parecen dar la misma importancia al amor romántico. Las parejas copulan cuando es necesario y llevan vidas separadas. En Lahore mi tío vive en una parte de la casa con sus hijos, tres hermanos, amigos y cualquiera al que le apetezca quedarse un par de años. Mi tía, las hijas, las sirvientas y los niños pequeños viven en otra zona. Se encuentran alguna que otra vez. Pero nunca sin un buen motivo.».