El asesino del instituto de Ohio avisó en Twitter
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarDos estudiantes más murieron ayer como consecuencia del tiroteo protagonizado por otro adolescente el pasado lunes en un instituto de Chardon (en el Estado de Ohio), lo que eleva a tres el número de víctimas mortales, además de dos heridos graves. Padres, autoridades y la propia familia del presunto agresor trataban de encontrar repuestas a una tragedia que se ha convertido en un fenómeno demasiado habitual en centros educativos de Estados Unidos: cinco alumnos reunidos a la hora del desayuno en la cafetería del instituto y de repente se acerca a ellos un compañero de clase que, sin mediar palabra, vacía el cargador de su pistola ante la mirada atónita de decenas de estudiantes. Los fallecidos son Russell King, de 17 años, Demetrius Hewlin, de 16, y Daniel Parmentor.
Varios adolescentes que lograron escapar con vida no tienen dudas de que el asesino es T. J. Lane, también de 17 años. Sin embargo, ni la Policía ni el FBI han confirmado la identidad del sospechoso, que permanece bajo custodia. Un estudiante comentó que el presunto autor de los disparos había colgado un mensaje en Twitter el domingo por la noche alertando de que pensaba llevar a cabo el ataque.
Como en la masacre del instituto Columbine, ocurrida en la primavera de 1999, las escenas de pánico se sucedieron con una endiablada rapidez, los más afortunados huyendo despavoridos de la abarrotada cafetería, aunque a algunos solo les valió tirarse por el suelo donde el agresor los tiroteó. «Mis amigos se arrastraban como podían. Uno de ellos logró agacharse bajo una mesa, pero no tuvo suerte y resultó gravemente herido», relató un chico al diario local The Cleveland Plain-Dealer.
La secretaria de Educación Arne Duncan dejó en el aire la cuestión tantas veces planteada en la sociedad estadounidense: qué movió a un chico a hacerse con un arma para descargar su ira. Si no hubiera sido por el coraje de un profesor que persiguió al agresor y la rápida reacción de los responsables del centro, el número de víctimas habría sido mucho más elevado, según Duncan
Medios periodísticos de Cleveland apuntan que el sospechoso no estudiaba en Chardon, sino que acudía a una escuela especial para chicos problemáticos. Aún así, su itinerario diario lo obligaba a tomar un autobús en el campus donde se produjo la tragedia. Varios estudiantes han señalado que el supuesto asesino era a menudo objeto de burlas y acoso físico por parte de sus compañeros. «Es una persona rara, introvertida, que prefería esconder sus emociones. Algo muy fuerte tuvo que crecer en su interior», señaló Jonathan Donato, un amigo del presunto agresor, que dice conocerle bien.