DE TONTOS...
Actualizado: GuardarHace años escuché decir a un cura sabio, venerable por sus años y santo por su entrega, desde su larga experiencia en la dirección espiritual de Cofradías que había tenido la tentación de colocar un 'tontímetro' -si es que existiera- durante algunas de las Juntas de Gobierno a las que asistió. Pues las pamplinas en las que se pierde el tiempo discutiendo a veces es inimaginable. Cuántas veces he de darle la razón, pues en ocasiones la simple elección del adorno floral o la foto que va a ilustrar la lotería navideña pueden llevar a una discusión acalorada; y eso cuando no se trata sobre quién debe llevar la varilla o quien debe ir en representación de la Hermandad. De pena... y de tontos, pero tontos de capirote. A veces nos damos cuenta, pero ¿qué hacemos? En este sentido un amigo, a la sazón hermano mayor, me confesaba que entró en cierta 'crisis capillita' al preguntarle un cristiano no católico, con curiosidad y sin mala intención: «Y en esas reuniones cuaresmales ¿habláis de Jesucristo?». No pudo responderle, ni quiso; porque reconocía con pudor, que en las reuniones cofrades se habla casi de todo, pero poco de la fe en Jesucristo. Los cofrades, como cristianos y católicos, estamos llamados a dar testimonio público de nuestra fe, pero nadie puede dar lo que no tiene. La fe no sólo hay que mostrarla en una procesión; la Buena Noticia de Jesucristo hay que anunciarla, exponerla y formarla. Sólo así podremos «dar razón de nuestra Esperanza» (1Pe 3,15), que es algo mucho más profundo que una preciosa Dolorosa bajo palio.