El duque de Palma llega ayer a declarar en compañía de su abogado, Mario Pascual Vives. :: JAIME REINA / AFP
ESPAÑA

Urdangarin reconoce negocios con Torres tras el 'triple ultimátum' del Rey

El duque insiste en que es ajeno a irregularidades en las cuentas, que achaca a su exsocio y a otros empleados

PALMA. Actualizado: Guardar
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Solo después de dos días de intensos interrogatorios Iñaki Urdangarin se avino a reconocer ante el juez José Castro que siguió haciendo negocios con Diego Torres después de que el Rey le ordenara en la primavera de 2006 romper con el instituto Nóos, tras conocerse la existencia de millonarios contratos 'a dedo' con los gobiernos balear y valenciano para organizar eventos.

El relevo de Castro en la dirección de la declaración lo tomó, a media tarde del domingo, el fiscal Pedro Horach, quién planteó un interrogatorio «durísimo» al duque, según diversas fuentes. La intención de Anticorrupción era someter al imputado a una extensa batería de cuestiones, por lo que la sesión se alargó hasta la madrugada.

Urdangarin alegó que esos nuevos negocios con Torres, a su entender, no violaban las hasta ayer inéditas tres exigencias que le impuso la «casa de su majestad el Rey» (sic) cuando supo de los jugosos 'pelotazos' de Nóos con las administraciones públicas. Zarzuela -explicó- le permitía a partir de entonces tener «actividades mercantiles propias» pero: no podía volver a «contratar», siquiera «negociar», con administraciones públicas; debía «desarticular progresivamente» su relación con Nóos y Torres, con quien se le prohibía tener proyectos de «larga duración», y no podía volver a tener «vinculación» con fundaciones sin ánimo de lucro que pudieran dar pie a negocios privados.

Urdangarin dijo haber cumplido con estas tres condiciones cuando ayer se le exhibió un documento muy difícil de refutar y que prueba que no rompió con Torres tras 2006: un correo electrónico que este último envió al exdeportista el 21 de julio de 2008 -más de dos años después del 'toque' de Zarzuela- y en el que Torres da cuenta de que «durante el último año hemos trabajado juntos en cinco proyectos» y desvela que el reparto de beneficios va a ir al 50%.

El duque reconoció que, aunque en realidad fueron cuatro y no cinco, es cierto que siguió trabajando con suexsocio cuando ya era alto ejecutivo de Telefónica. Según el correo, tres de esos «proyectos» tuvieron que ver con Aguas de Valencia, Lanzarote y Pernod Ricard. Del primero, habla de una facturación de 100.000 euros y un beneficio de 11.123 euros. Torres se asigna a sí mismo en concepto de honorarios 33.333 euros. De Lanzarote, que son unas jornadas deportivas, Urdangarin y Torres se llevaron cada uno 5.959 euros. Sobre la marca francesa de bebidas Pernod Ricard, de la que Urdangarin fue asesor de responsabilidad social, no figura el reparto. Ante las preguntas del fiscal, llegaría a admitir más tarde que en algún momento sospechó que Torres pudiera estar engañándole.

Del mismo modo, el marido de la infanta hubo de admitir que, tras su supuesta ruptura a petición de Zarzuela, en 2007 «medió» entre Torres y el Govern balear para que el Ejecutivo de Matas pagara al instituto una factura pendiente de 400.000 euros. Según su versión, no exigió el pago sino que se limitó a intentar poner de acuerdo a las dos partes, por un lado a Torres y por el otro a su entonces amigo Pepote Ballester, director balear de deportes.

Aizoon

También se amparó en el cumplimiento de las tres 'cláusulas' impuestas por Zarzuela para justificar que su propia empresa Aizoon, de la que es copropietaria la infanta, siguiera trabajando para empresas del entramado Nóos, ya que según él estas firmas no estaban en realidad relacionadas con la fundación que debía abandonar. Incluso justificó que se cargaran a las arcas de la inmobiliaria-consultora los sueldos de los dos empleados del hogar rumanos que trabajaban en su palacete de Pedralbes, que cobraban unos 600 euros al mes. De acuerdo con su versión, estos dos extranjeros eran un suerte de 'multiempleados', que lo mismo realizaban tareas domésticas como hacían gestiones administrativas para la sociedad, por lo que no considera irregular que fuera Aizoon quien les tuviera a sueldo como si dos empleados normales más de su nómina se tratara. Ya por la noche y ante las preguntas del fiscal, no dudó en culpar a los asesores fiscales de cualquier irregularidad que hubiera podido producirse en las cuentas.

El larguísimo interrogatorio no hizo demasiada mella en Urdangarin, que siguió lanzando balones fuera. Si el sábado apuntó contra su exsocio, ayer el exdeportista descargó responsabilidades sobre sus antiguos empleados y en particular sobre Marco Antonio Tejeiro, el exadministrador de buena parte de las empresas que supuestamente se usaron para desviar a los bolsillos privados del duque y Torres el dinero público que entraba en el Instituto Nóos.

El juez del caso sometió al imputado a un interrogatorio a fondo sobre la organización de los Forum Illes Balears de 2005 y 2006 por los que Nóos se embolsó casi 2,6 millones de euros. Una buena parte de ese dinero terminó en las empresas del duque y su examigo gracias a la autocontratación y al cruce de facturas, falsas o hinchadas. Pero Urdangarin dijo que él de esas cuentas no sabía nada, que jamás se ocupó de la cuestión económica de esas reuniones y que, de haber alguna irregularidad, debe ser responsabilidad de Tejeiro, que era el administrador de Nóos.