«Quien quiera saber lo que vale la palabra de Rajoy que mire la nómina de febrero»
Rubalcaba ataca la subida de impuestos del Gobierno mientras el PP responde que el PSOE aún no ha asumido la derrota electoral
MADRID. Actualizado: GuardarEl nuevo líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene muy claro cuales son los puntos más débiles del Gobierno y del PP en este momento y, por lo tanto, ayer marcó a sus militantes desde Toledo dónde deben atacar a su oponente: subidas de impuestos, reforma laboral y recortes autonómicos en los servicios públicos.
El argumento de fondo es triple. Según su versión, solo dos meses después de formar Gobierno Mariano Rajoy ha demostrado que «sus silencios de campaña» escondían un programa oculto, que ha incumplido sus promesas de no subir impuestos y no abaratar el despido, y que ahora pretende colar todo lo que no dijo o sus incumplimientos -lo que ha bautizado como «una revolución conservadora»- como si fuesen medidas técnicas indiscutibles ante la crisis, «cuando son decisiones políticas».
Nuevas retenciones
Como ilustración gráfica de sus argumentos acuñó una frase que con seguridad en su partido volverán a repetir en estos días: «Quien quiera saber lo que vale la palabra de Rajoy que mire la nómina de febrero». La de febrero será la primera nómina del año con la que cada asalariado sepa de cuánto dinero menos dispondrá al mes por el aumento de la retención que supone la subida del IRPF acordada en diciembre pasado por el Ejecutivo.
Rubalcaba, en un paralelismo, añadió que si alguien piensa también que la reforma laboral aprobada por el Gobierno es buena «que mire la carta de despido y vea cual es la indemnización que le toca». El secretario general socialista, que animó a todos los militantes a estar en la calle junto a los que sufren recortes en educación, sanidad y servicios sociales, señaló que si un PSOE unido y fuerte siempre ha sido necesario ahora es «imprescindible».
El nuevo vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, contestó a los socialistas que su problema actual es doble. Por un lado, tienen un partido debilitado y dividido y por otro, sus formas, demuestran que «todavía no han aceptado el veredicto de las urnas», que se tradujo en duras derrotas en municipales y generales. Considera que el principal partido de la oposición en estos meses de legislatura reniega por sistema del pacto contra la crisis porque está en una actitud «extrema y muy radicalizada».