Jerez

«Cogí el cuchillo para rajarle las ruedas, pero no para agredir a nadie»

El joven acusado de apuñalar a otro reconoce que estaba «cabreado» y que esgrimió un arma, pero no recuerda haberla utilizado

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Las evidencias y la presencia de numerosos testigos impidieron ayer que Kevin L. L. negara la mayor, y el imputado por agredir presuntamente a Iván A. L. reconoció que había salido de su casa muy alterado y blandiendo un cuchillo de cocina cuando se encontró con la víctima. Eso sí, el joven aseguró no recordar el momento fundamental, el de las puñaladas, puesto que se hallaba bajo el efecto de sustancias estupefacientes.

Éste fue el grueso de la declaración del procesado, en un juicio que el mismo día que empezó quedó visto para sentencia en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Jerez. Lo primero que contó ante el juez fue que recordaba «más o menos» lo ocurrido la noche de autos (27 de febrero de 2010), cuando según él había salido de fiesta y había consumido alcohol y fumado cannabis. Estando en una discoteca de la avenida de México, se encontró con un conocido y discutió con él, tras lo que salió apresuradamente del local.

«Con el cabreo le pegué a un pivote de autobús y me fui a mi casa. Cuando llegué, cogí un cuchillo de la cocina y salí para rajarle las ruedas del coche». Como aseguró, ése era su propósito y no el de agredir a nadie, cuando por el camino se tropezó con otros dos conocidos (uno de ellos la víctima, Iván A. L.). «Ellos vinieron detrás mía y me decían que me calmara, pero Iván lo hacía intimidándome e insultándome. Yo quería seguir mi camino (para casa del otro chico) e intenté deshacerme de él con la mano que no tenía herida, después de haberme pegado el golpe con el pivote. De lo que pasó a continuación, ya no me di cuenta».

A preguntas del fiscal, negó acordarse de haberle asestado hasta tres puñaladas a Iván, afirmando que lo siguiente que recordaba era que aparecieron sus padres y se lo llevaron del lugar. Para justificarlo, insistió en que se encontraba bajo el efecto de «sustancias» y reconoció que en algunas ocasiones ha estado sometido a tratamiento psiquiátrico, porque padece «ansiedad y agobio» cuando le «faltan al respeto».

Relato de la víctima

La víctima fue la segunda persona en comparecer y relató cómo se encontró con el procesado en el barrio en el que ambos habitan, acompañado de otro amigo. «Su madre salió de la casa detrás de él, y nosotros también lo seguimos. Iba muy nervioso con el cuchillo en la mano y le dije a su madre que no se preocupara, que yo le controlaría. Le recomendé entonces que no hiciera ninguna tontería, pero él me gritó: '¡Suelta, enano!', se volvió y me hincó el cuchillo».

Como insistió, su único propósito fue el de parar una pelea, sin imaginarse que él se acabaría convirtiendo en la víctima. Asimismo, negó que hubiera insultado al imputado y que hubiera consumido bebidas alcohólicas, puesto que venía de ver una película con su novia en casa. El otro amigo también ofreció su testimonio ante la jueza y corroboró lo mantenido por Iván, con una excepción: afirmó que todo pasó muy deprisa y el ataque en sí no lo vio. «Entre ellos hubo un forcejeo y cuando me di cuenta escuché 'ay, ay' y vi a Iván sangrando».

El abogado del presunto agresor, por su parte, centró su argumentación en el consumo de sustancias como eximente del delito; el psiquiatra que declaró en la vista, de hecho, ratificó que el joven no era dueño de sus actos en el momento de los hechos, mientras que los forenses dijeron justo lo contrario asegurando que era plenamente consciente. Ésta será, por tanto, la clave a la hora de dictar sentencia.

En lo que respecta a la fiscal, en su informe final rebajó la petición de penas por asesinato en grado de tentativa de once a ocho años, teniendo en cuenta el atenuante de consumo. Además, solicita la prohibición de comunicarse y acercarse a la víctima, su domicilio y su lugar de trabajo a menos de 300 metros y por un periodo de 20 años, junto a una indemnización de 2.619 euros en concepto de lesiones.