Un gol de Godín certifica el pase del Atlético en un duelo desangelado por la falta de lucha del rival
MADRID. Actualizado: GuardarEl Atlético está desconocido. Un equipo acostumbrado a complicarse la vida más allá de los límites de la ficción parece asentado en la serenidad y la confianza. Recibieron la visita de la Lazio con la prudencia habitual y le despidieron con la portería a cero -otra vez- y una nueva victoria.
Se cumplió el guion del camino fácil tras la ventaja de la ida y con los romanos más atentos a sus problemas internos con un entrenador dimitido forzado a mantenerse en el cargo hasta hoy viernes. Incluso Simeone se permitió el lujo de reservar a Falcao en el banquillo. Pero eso sí, apuntaló su defensa para no hacer concesiones.