La UE levanta el pie sobre España
Bruselas sopesa subir unas décimas el límite de los números rojos de las cuentas públicas de 2012 sin tocar el tope del 3% para 2013 Aceptará una ligera flexibilización del déficit ante las malas perspectivas económicas
BRUSELAS. Actualizado: GuardarLa Comisión Europea dará hoy un respiro a España en la carrera por reducir el déficit. El Ejecutivo comunitario abrirá la puerta a una flexibilización del límite de gasto que marca el ritmo de los ajustes. La revisión se llevará a cabo en el marco de la presentación de las nuevas previsiones económicas de la UE, que confirmarán la vuelta a la recesión de buena parte del bloque. Con su decisión, Bruselas aceptará las tesis esgrimidas por el Gobierno de Mariano Rajoy y adaptará la meta de déficit a una coyuntura mucho más desfavorable para la economía española. En cualquier caso, no se espera que el gesto, que se extenderá a otros países, varíe sustancialmente la apuesta de la Unión por la austeridad.
España, según las directrices actualmente en vigor, debería cerrar este año con un déficit del 4,4%. Aunque la cifra final de 2011 todavía no está afinada, el Gobierno ya ha anunciado que rondará el 8%, lo que obligaría a un recorte colosal cercano a los 40.000 millones para cumplir con el objetivo. Ante el deterioro de la situación económica, el Ejecutivo explicó que pediría a Bruselas una flexibilización del tope -se habla de situarlo por encima del 5%- para convertirlo en una meta creíble. Hasta ahora, la Comisión ha insistido en que la receta de la austeridad es irremplazable y ha rechazado suavizar cualquier límite.
El comisario de Economía, Olli Rehn, matizará hoy su postura abriendo la puerta a un pequeño margen de flexibilidad. Todavía no está claro cómo se aplicará exactamente, pero existen dos alternativas. Por un lado, se podría permitir elevar algunas décimas el objetivo de este año sin tocar el límite del 3% fijado para 2013. La otra opción sería ampliar un año más la senda de reducción del déficit hasta alcanzar ese umbral del 3% que para la UE es sinónimo de equilibrio presupuestario. La suavización no se plantearía únicamente para España, sino para un grupo de países -Italia, Francia o Portugal- que también ven muy complicado cumplir con las exigencias actuales.
Rehn, según avanzó Reuters, expondrá la nueva visión del Ejecutivo comunitario durante la presentación de las previsiones. Los cálculos confirmarán una segunda recesión para la mayoría de los países, lo que a su vez convierte en casi un imposible cumplir con unos objetivos que fueron elaborados con unas perspectivas mucho más optimistas. «La Comisión no quiere parecer ridícula insistiendo en unos límites irreales. Por lo tanto, tendrá que haber algún tipo de ajuste», explicó una fuente comunitaria. Según los pronósticos del FMI, la zona euro se contraerá este año un 0,5% y crecerá un raquítico 0,8% en 2013.
Hasta mayo
El balón de oxígeno que recibirán España y otros socios no se concretará hasta mayo, momento en el que la Comisión difundirá unas previsiones más completas y detalladas. Mientras tanto, la flexibilización se debatirá en el seno de la reunión mensual de ministros de Economía (Ecofin). Lo que parece claro es que el movimiento no se traducirá en un cambio global de la estrategia de la UE. Es decir, la apuesta por la austeridad seguirá en primer término pese a que la inestabilidad en los mercados se ha calmado desde principios de año. Aunque no llegó a citarse explícitamente la revisión del déficit, España, Reino Unido, Italia y otros nueve socios enviaron el lunes una carta a Bruselas en la que reclaman una apuesta fuerte por el crecimiento.
Pese a que España considera lógicas sus reclamaciones, no todos comparten el mismo punto de vista. Alemania, de entrada, defiende la máxima de que «los presupuestos sólidos y el crecimiento no son mutuamente excluyentes». Además, se teme que la suavización se interprete como una manera de saltarse la exigente legislación que se ha autoimpuesto la Eurozona. Uno de los países más molestos podría ser Bélgica, que en enero se encontró con una presión frontal de la Comisión para que cumpla con su objetivo de déficit. Ante la amenaza de multa, el Gobierno elevó en 1.300 millones un ajuste que ya superaba los 11.000 millones.