Dominique Strauss-Kahn llega a la Gendarmería de Lille en un coche con los cristales tintados. Abajo, los periodistas se agolpan a las puertas de las dependencias policiales. :: EFE / AFP
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Las sospechas envuelven a Strauss-Kahn

La Policía francesa le interroga durante dos días en la investigación de un caso de proxenetismo

PARÍS. Actualizado: Guardar
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Dominique Strauss-Kahn, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), presta declaración desde ayer en Lille (norte de Francia) acerca de su presunta implicación en una trama internacional de prostitución. El político socialista, de 62 años, corre el riesgo de ser imputado por malversación de fondos si se demuestra que sabía que los servicios sexuales de los que disfrutó en París, Bruselas y Washington en 2010 y 2011 eran financiados por empresas deseosas de tener contento al entonces favorito para ganar las elecciones presidenciales de la próxima primavera.

DSK, como se le conoce en Francia, llegó a primera hora de la mañana en un coche con las lunas tintadas, en medio de un enjambre de cámaras, al cuartel de la Gendarmería en el que es interrogado en presencia de sus abogados por agentes de la Policía Judicial. El período a disposición policial le fue prorrogado otro día a última hora de la tarde por uno de los jueces instructores del caso, por lo que pasó la noche en los calabozos.

Al término de los interrogatorios, Strauss-Kahn puede quedar libre sin cargos, ser puesto a disposición judicial o resultar citado posteriormente por los jueces. De momento presta declaración por los presuntos delitos de complicidad de proxenetismo agravado en banda organizada y receptación de abuso de bienes sociales, cargos penados con hasta 20 años y 5 años de prisión, respectivamente.

Ocho imputados

Su suerte dependerá de si se prueba que sabía que las mujeres que participaban en las orgías eran profesionales y que estaban remuneradas por una empresa de obras públicas y otra de material médico. En el caso ya han sido imputadas ocho personas, la mayoría por proxenetismo agravado y asociación de malhechores. Entre los inculpados figuran un comisario de Policía, un abogado, tres responsables del hotel Carlton de Lille y un proxeneta, apodado 'Dodo la salmuera', que regenta varios salones de masaje en Bélgica, donde los burdeles son legales.

La investigación ha permitido determinar que DSK fue el más ilustre participante en once veladas libertinas organizadas en el hotel Murano de París, en el restaurante-club L'Aventure de la capital francesa, en un estudio de grabación en Bruselas y en el hotel W de Washington. En este último establecimiento, situado a dos pasos de la Casa Blanca, los acusados practicaron sexo en grupo del 11 al 13 de mayo último, víspera del arresto del exministro socialista en Nueva York por el caso del hotel Sofitel.

En ese asunto, que le costó la dimisión del FMI y sus ambiciones presidenciales, la justicia estadounidense abandonó en septiembre los cargos por presunta violación a la limpiadora Nafissatou Diallo. Pero los abogados de la denunciante siguen muy de cerca la evolución de los acontecimientos en Lille ya que aún está pendiente el proceso civil en los tribunales neoyorquinos con abultadas indemnizaciones en juego.

Hasta la fecha los defensores de DSK han mantenido que su cliente ignoraba que las mujeres con las que se acostaba se prostituían, aunque fuese de manera ocasional, pues pensaba que eran adeptas del libertinaje, como él mismo. «Figúrese usted que en esas veladas no se está forzosamente vestido y yo le desafío a distinguir una prostituta desnuda de una mujer mundana desnuda», declaró el abogado Henri Lecler en una entrevista radiofónica.

Sin embargo, en el sumario obran las declaraciones de Florence y Jade, quienes, tras repetidas negativas, terminaron por reconocer que les pagaban sus servicios. Entre 500 y 1.000 euros por las orgías en París y 2.400 euros a repartir entre las dos por tres días de desenfreno en Washington. ¿Lo sabía Strauss-Kahn? Esa es la clave del caso.