Sociedad

El champú que galopa

Los geles para equinos triunfan. Los foros de internet alaban sus beneficios. Dicen que evitan la caída del pelo y que aceleran su crecimiento. Los dermatólogos discrepan

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Vendemos champú de caballo». El llamativo cartel chirría en el escaparate de una tienda de animales, en pleno centro comercial malagueño. Sobre todo porque en la zona los equinos no son, precisamente, un bien habitual. Entonces, ¿por qué tanto interés en proclamar que cuentan con este tipo de producto? Pues porque el champú de caballo está ahora de moda... pero para las personas. Es lo último para lucir una melena (o una crin) espectacular. La panacea para todos los que lo usan, que lo elevan a la categoría de producto milagroso. Incluso algunas marcas proclaman a los cuatro vientos que cuentan como clientas con 'celebrities' como Sarah Jessica Parker y Jennifer Aniston, aunque ellas no hayan revelado los secretos de sus lustrosas melenas.

El boca oreja aquí ha funcionado a la velocidad de la luz. Sus consumidoras describen con todo lujo de detalles sus bondades, en especial en internet, donde los foros especializados en estética echan humo hablando sobre el tema. Tecleando en Google la búsqueda «champú de caballo» aparecen más de 167.000 resultados.... solo en español. Sus efectos son de lo más llamativos. Dicen que evita la caída del pelo, lo fortalece, le da brillo y acelera su crecimiento. Algo así como un todo en uno para solucionar los principales problemas capilares que a todos preocupan tarde o temprano.

El 'boom' es tal que, además de en las tiendas especializadas en animales, ya han pasado a comercializarse en supermercados y grandes superficies. ¡Y se agotan en apenas unas horas! Nada de encontrarlos en las secciones para mascotas. Ocupan las estanterías de higiene personal por más que en la etiqueta se lea 'fortalece, abrillanta y protege el pelaje' o tenga un caballo como ilustración. Hasta hay quien compra garrafas de cinco litros. E incluso lo ofertan en peluquerías.

¿El secreto del éxito? Sus usuarias elevan a los altares a la biotina, una vitamina que ayuda a fortalecer el pelo fino, hidrata el cuero cabelludo y regenera las estructuras capilares... aunque los especialistas aseguran que no penetra a través de la piel. De hecho, los dermatólogos la recetan en pastillas, pero no en champú, del que no hay estudios científicos al respecto. Y menos del de caballo.

Aun así, Loli Ruiz, un ama de casa de 58 años con una melenita corta, corrobora todas las opiniones favorables sobre el 'milagroso' producto. Esta madre de dos hijos tenía el pelo graso hasta el punto de hacerse la permanente para que se le secase un poco. Su hijo le comentó que una amiga estaba encantada con el champú y le compró un bote de un litro, que le costó 12 euros. «Pero el mío es de la tienda de animales, auténtico de caballo, no como los que venden ahora en supermercados y que los han enriquecido con otros productos cosméticos. El mío no huele a nada», detalla con cierto orgullo Loli. Lleva más de tres meses lavándose el pelo con él y, por el momento, todo son ventajas. Lo mejor: que ahora tiene su cabello menos graso. «¡Con lo que he gastado en productos de todo tipo!», exclama. Y hasta su peluquero le ha notado que le ha crecido el pelo más de lo habitual.

No es dañino

Por supuesto, el champú de caballo también ha acaparado las consultas de dermatología. «Los champús sirven para lavar, pero ni hacen que el pelo crezca, ni evitan que se caiga... Todo eso es fruto del 'boom' comercial», comenta José Carlos Moreno, presidente de la Academia Española de Dermatología y Venerealogía. Y entre risas recuerda cómo una paciente le 'vendía' el producto: «¿Pero usted ha visto a algún caballo calvo?», le espetó en plena consulta. Eso sí, el especialista puntualiza que no son dañinos ni presentan efectos secundarios más allá de irritación en algunos casos. «No deja de ser un champú como otro cualquiera», matiza el médico. Y en la misma lína se posiciona la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios): «Sus mágicas propiedades son mentira y no merece la pena pagar más que por cualquier otro champú».

Algo que no comparte Lourdes Moreno, una estudiante de 19 años, larga melena azabache de pelo finísimo y alisado perfecto con las planchas de cerámica. Su única pega para el gel de caballo es que reseca el pelo demasiado. «Lo que se arregla echándote después acondicionador o mascarilla. Pero es una maravilla porque ahora lo tengo más grueso y con más volumen. Además me dura limpio más días», resume esta gaditana que escuchó hablar del champú en la playa a un chico que lucía una melena espectacular. Lourdes lleva año y medio utilizándolo y ahora ha empezado a notar sus beneficios. Sin embargo, la duda que se ha desatado en internet es otra: ¿Crece vello de repente en la cara o en otras zonas como a los corceles? Que se sepa a tal milagro no ha llegado el curioso jabón.