NADAL
Actualizado: GuardarVamos Rafa, vamos a pagar los impuestos. Difícil cometido tengo hoy lunes de carnaval; nada menos que intentar meterle una bola a Nadal. Invoco a las musas de guardia para que me inspiren las palabras adecuadas, porque voy a hablar de un mito vivo, un referente nacional protegido por el mismísimo Rey de España. Nadal está bajo sospecha de haber hecho maniobras para pagar menos impuestos. Lo dice la prensa que siempre tienen razón hasta que los jueces demuestren lo contrario. Con todo el cariño y el respeto del mundo a uno de los grandes gladiadores de las tardes dominicales, el brazo envidiado, la mente prodigiosa y el pundonor hecho persona, creo que no es justo que los que ganan enormes cantidades no paguen religiosamente. Una cosa no quita la otra; admiración, sí, pero a pasar por caja, amigo. Si se es un héroe nacional, entre tus cometidos, además de intentar derrotar al Djokovic ese, que estamos todos deseando, está el de pasar por caja. Bueno, tú y todos los deportistas de élite económica, los que os lo lleváis crudo en contratos deportivos y publicitarios. Sí, ya sabemos que la vida de un deportista es corta, que dura una década en el mejor de los casos, pero chico, si al final de tus sudores te quedan cien millones de euros en lugar de ciento cincuenta, ni tan mal. Porque, no nos engañemos, hablamos de cifras de esa calaña, millón arriba, millón abajo. Venga Rafa, a dar ejemplo, a apoquinar como dios manda, como hacemos los que estamos en el sofá con las piernas en tensión cada vez que te juegas una bola de partido. Que lo de las fundaciones, organizaciones y galas benéficas está muy bien, pero no cuela. Hoy en día, la mejor obra benéfica que se puede hacer es que los que más ganan, más paguen, para que la 'OG' (Organización Gubernamental) tenga líquido y podamos seguir creyendo que lo público es posible. El mejor paraíso fiscal debería ser la tierra donde vives, porque allí está la gente a la que quieres y la que necesita de tu ayuda. Si alguien se siente molesto por mis palabras, que conste que se hizo con esa intención. Pasen buen día.