Economia

Los sindicatos exhiben músculo

El PSOE e IU tacharon la nueva regulación del mercado de trabajo de «desequilibrada» y de «locura del PP» Decenas de miles de personas protestan en la calle contra la reforma laboral

MADRID. Actualizado: Guardar
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Decenas de miles de personas -medio millón según los sindicatos, cincuenta mil según la Policía- se echaron a la calle ayer en Madrid para exigir al Gobierno que rectifique su reforma laboral por «injusta» para los trabajadores e «inútil» para la creación de empleo. Fue el acto central de una jornada masiva de protestas que incluyó demostraciones públicas de rechazo en 57 ciudades españolas y contó con el apoyo de los principales partidos de izquierda, PSOE e IU.

La marcha de Madrid sirvió para que miles de ciudadanos censuraran por primera vez una regulación que, según los sindicatos, va más allá de una reforma laboral. El nuevo marco, aseguró el líder de UGT Cándido Méndez, «va a alterar el modelo de convivencia» al provocar «una reducción drástica de las clases medias» y un «aumento de las desigualdades». «Es una reforma hecha al dictado de los intereses financieros y auspiciada por el Gobierno alemán», sentenció.

Méndez hizo esas manifestaciones antes del inicio de la marcha, en una comparecencia junto al secretario general de CC OO. Ignacio Fernández Toxo explicó que el objetivo que persigue el Gobierno con esta reforma es aquel que ya no puede lograr mediante el viejo mecanismo de devaluar la moneda para ganar competitividad. Según sus palabras, «deprimir de forma significativa los sueldos y la capacidad adquisitiva» de la clase trabajadora. Toxo detalló que ahora eso se hace por la vía de «desequilibrar» la relación empresario-asalariado a favor de los patronos -mediante una reducción de la capacidad de los empleados para negociar los contratos- y de «favorecer el despido».

Las protestas en toda España sirvieron también a las dos grandes centrales para medir sus fuerzas de cara a la escalada de movilizaciones con que amenazan al Gobierno de Mariano Rajoy si no acepta negociar un cambio en sus políticas. Las próximas protestas, convocadas ya por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), se celebrarán el 29 de febrero.

La escalada podría conducir a una huelga general que las bases de los sindicatos reclamaron ya ayer a gritos pero que, de momento, las direcciones de CC OO y UGT reservan como último cartucho. Por dos motivos: por un lado esperan limar los aspectos más duros de la reforma en su tramitación parlamentaria; por otro, aún tienen presente el pinchazo que supuso el parón total del 29 de septiembre de 2010 contra la reforma laboral del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Y no quieren llegar a otra huelga y que el fallo se repita.

Méndez aseguró que los sindicatos no buscan «confrontar» con el Gobierno sino «corregir en profundidad este extravío». Toxo reiteró que las centrales están para «ayudar a resolver problemas» y confió en que haya «negociación».

Mañana y el miércoles se reunirán los órganos de dirección de ambas centrales. Para entonces el líder de CC OO espera saber ya si el Ejecutivo acepta introducir «correcciones» al texto.

Indignados

La marcha de Madrid arrancó a mediodía en la plaza de Neptuno y transcurrió sin incidentes por el Paseo del Prado, Cibeles y la calle Alcalá hasta desembocar en la Puerta del Sol. Tras la pancarta principal en la que podía leerse 'No a la reforma laboral. Injusta con los trabajadores. Ineficaz para la economía. Inútil para el empleo' marcharon los líderes sindicales junto a una delegación del PSOE que encabezó su portavoz en el Congreso, Soraya Rodríguez, y otra de IU liderada por su coordinador general, Cayo Lara. Destacó la presencia de miembros de la 'marea verde' -en defensa de la educación pública-, grupos de indignados y representantes de la cultura.

El PSOE no se libró ayer de las críticas de los líderes sindicales por su «inútil» reforma de 2010, que no sirvió para crear empleo. Ahora, con el PP en la Moncloa, su portavoz parlamentaria se afanó en descalificar la política del principal adversario. Soraya Rodríguez definió la reforma de los populares como «injusta, desequilibrada e ineficaz» porque «dice sí a todas las reclamaciones de los empresarios». Por parte de IU, Cayo Lara calificó la reforma de «dramática para los derechos de los trabajadores» y de «locura del Partido Popular».

Al término de la marcha, las responsables de Juventud de CC OO y UGT, Cristina Bermejo y Silvia Sazatornil, emplazaron en un manifiesto al Gobierno a «rectificar» e impulsar el diálogo social. La protesta de Madrid fue la mayor de España. La segunda fue la de Barcelona (450.000 personas según los sindicatos o 30.000 según la Generalitat).