Los serbios de Kosovo dicen 'no' en masa a Pristina
La consulta, con un aplastante 99% contra el nuevo Estado, empaña el cuarto aniversario de la independencia
ROMA. Actualizado: GuardarLos serbios del norte de Kosovo, la mayor concentración de esta etnia en torno a la localidad de Mitrovica, han dicho 'no' en masa a la pregunta del referéndum celebrado martes y miércoles en los cuatro municipios de la zona: «¿Acepta las instituciones de la llamada República de Kosovo?». Un 75% de los 35.500 vecinos censados acudieron a votar y lo rechazaron en un 99,74%. Solo 69 personas dieron un 'sí'. Los datos definitivos llegarán el domingo.
La consulta no ha sido reconocida por nadie -ni Kosovo, ni organismos internacionales, ni la propia Serbia, preocupada por la negociación para entrar en la UE-, pero ha cumplido su objetivo. Es hacer oficial de algún modo, como referencia para el futuro, la negativa de esta comunidad a amoldarse al Estado surgido en 2008, hace hoy exactamente cuatro años, al proclamar su independencia de Serbia. Hasta entonces era una región bajo mandato ONU, arrebatada a Belgrado tras la intervención de 1999 contra la limpieza étnica de la mayoría albanesa, el 90% de la población.
Los organizadores de la consulta se mostraron satisfechos. «Dice a las fuerzas internacionales en Kosovo que respeten los derechos de los serbios y a Pristina que debe desistir de cambiar la realidad con la fuerza», dijo uno de sus líderes, el alcalde de la parte serbia de Mitrovica, Krstimir Pantic. Anunció que pedirán un encuentro con el representante de la ONU en Kosovo para que transmita los resultados al secretario general, Ban Ki-moon. «Si los albaneses tuvieron la aprobación internacional al decidir que no querían ser gobernados por Belgrado, nosotros también», concluyó.
El referéndum, al traducir un sentir común, también rompe la imagen dominante en Pristina de que las protestas de Mitrovica están manipuladas y dirigidas por mafias locales. Desde luego también quería aguar hoy la fiesta de la independencia en Pristina y advertir a nivel internacional que aquello no fue una buena solución y el conflicto sigue latente. Para Kosovo, como lamentaba ayer la prensa local, la consulta prueba que no ejerce la soberanía en todo su territorio. El balance de estos cuatro años, por otro lado, no da muchas alegrías, pues sufre una grave crisis económica, altos índices de corrupción y sigue bajo tutela internacional.
El voto también indica que los serbios de Mitrovica actúan por primera vez contra 'su' Gobierno, el de Belgrado, y hacen ver que no se sienten representados por él, pues temen que les traicione en su afán por entrar en la UE y admita la existencia de Kosovo. Por ello asoman como tercer interlocutor a tener en cuenta en las negociaciones entre Serbia y Kosovo. La UE repitió ayer que «el referéndum no es la solución». Pero no se sabe cuál es. O una zona de estatuto especial, o una escisión, o dejar las cosas como están, a ver qué pasa. Suele ser la solución de mínimos en los Balcanes.
Serbia es la más preocupada por el referéndum. Lastra las negociaciones contrarreloj para que Bruselas le otorgue el estatus de candidato a la UE el 1 de marzo, decisión aplazada en diciembre por los incidentes del verano en Mitrovica. La principal exigencia es avanzar en el difícil diálogo entre Kosovo y Serbia, mediado por la UE, y que se reanuda el martes. Deben ponerse de acuerdo en la cooperación de fronteras y en facilitar la participación de Pristina en foros internacionales. Belgrado busca la cuadratura del círculo, una fórmula semántica o burocrática que no implique reconocer el nuevo Estado, algo inaceptable para Kosovo. Tras cumplir con el arresto de sus criminales de guerra, Serbia ve cómo Kosovo se convierte en el mayor obstáculo para acercarse a Europa.