Agentes de policía en llamas, durante las protestas de ayer frente al Parlamento griego. :: YANNIS BEHRAKIS / REUTERS
Economia

Los partidos griegos cierran filas para aprobar los recortes exigidos por la UE

Socialistas y conservadores ultiman su respaldo parlamentario entre violentas protestas en el centro de Atenas

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Los dos principales partidos griegos se preparaban en la noche de ayer para aprobar en el Parlamento los últimos recortes exigidos por la Eurozona para desbloquear el segundo rescate. En una crispada sesión con miles de personas protestando frente a la Cámara, los socialistas del Pasok y la conservadora Nueva Democracia habían cerrado filas para evitar una rebelión que pusiera en peligro el respaldo a los ajustes. Pese a que algunos diputados ya habían anticipado su 'no', el Gobierno heleno confiaba en ganar ampliamente la votación con el apoyo de 200 de los 300 parlamentarios.

El primer ministro, Lucas Papademos, marcó el sábado la estrategia con un discurso a la nación retransmitido por televisión. En su mensaje, el líder tecnócrata dejó claro que si Grecia rechazaba las reformas se enfrentaría a una «aventura desastrosa» con la perspectiva de tener que abandonar el euro a la vuelta de la esquina. «Se crearían las condiciones para el caos económico y la explosión social», subrayó. La alocución buscaba grabar a fuego que el país solo tiene futuro dentro de la moneda única y que la vida con el dracma de nuevo en el bolsillo sería aún mucho más difícil.

El ministro de Economía, el socialista Evangelos Venizelos, retomó los argumentos del primer ministro durante el pleno parlamentario. «La elección es entre sacrificios y sacrificios inimaginablemente duros», clamó en referencia a su salida del euro. «Si no aprobamos la ley, iremos a la bancarrota», insistió. Enfrente, sin embargo, se encontró con una implacable oposición. Un diputado comunista -las últimas encuestas electorales señalan un importante alza de las opciones radicales de izquierdas- tiró al suelo los documentos con los ajustes en medio de una gran bronca.

En el exterior del Parlamento, la presión era todavía más evidente. Miles de personas se concentraron en la plaza Syntagma tras recorrer las principales arterias de Atenas. Una vez en la glorieta, los violentos disturbios con la Policía volvieron a repetirse. Los agentes tuvieron que lanzar gases lacrimógenos para contener la ira de grupos de manifestantes encapuchados, aunque la inmensa mayoría protestó de forma pacífica. '¡Alzamiento popular!' y 'Es ellos o nosotros' fueron algunos de los lemas que podían leerse en las pancartas. Según los convocantes, alrededor de 100.000 personas secundaron su llamamiento, una cifra rebajada considerablemente por las autoridades helenas.