¿Y ahora qué ?

El Consejo General del Poder Judicial tiene previsto finiquitar el futuro como juez de Baltasar Garzón este martes, en la reunión prevista por la comisión permanente del órgano de gobierno de los jueces.

Primero le expulsará de la carrera y después convocará su plaza del Juzgado Central de Instrucción número 5, que cubre actualmente Pablo Ruz de forma interina, y que lleva asuntos de calado como el 'caso Faisán' o la parte central de la trama 'Gürtel'. A esta plaza podría concurrir cualquier juez del territorio nacional y será adjudicada por antigüedad.

Cuando transcurran los 11 años de inhabilitación, Baltasar Garzón, que tendrá entonces 67, podrá volver a solicitar al Consejo su readmisión en la carrera judicial, a la que volverá con la antigüedad que ha reunido hasta este momento sin que le sea computado en el escalafón el tiempo durante el cual ha permanecido inhabilitado. Sin embargo, esta opción, a día de hoy, es impensable, según aseguran desde su entorno.

Precisamente, en una reciente entrevista al diario francés Le Figaro, el abogado de Garzón en el 'caso de los crímenes del franquismo', Gonzalo Martínez Fresneda, aseguró que aunque su cliente resultara absuelto «no volvería a ser juez en España». «¿Cómo podría si, cuando llegara un asunto sensible, correría el riesgo de una nueva acusación contra él?», se preguntó.

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Pero esta suposición es agua pasada. Garzón ya está condenado, lo que supone la pérdida definitiva del cargo que ostenta y la incapacidad del ejercicio, tanto en España como en el extranjero, de cualquier cargo con funciones jurisdiccionales. Esto supone que sí podrá ejercer la abogacía o continuar participando en foros internacionales.

Durante este tiempo, ha colaborado con el Tribunal Penal Internacional, con la Organización de Estados Americanos y el Comité contra la Tortura del Consejo de Europa. Su futuro, quien sabe, también se ha apuntado a que podría pasar por la política, donde ya estuvo de la mano de Felipe González, y en la actualidad asesora en materia de justicia a los gobiernos de Colombia, Ecuador y en breve quizá al de México.

Su imagen también es amable en Estados Unidos, donde ayer el periódico de mayor prestigio, 'The New York Times', tildó de «espeluznante» su condena en un duro editorial.