Alepo se suma a la guerra civil en Siria
El brazo armado de la oposición a El-Asad reivindica la sangrienta acción como «respuesta a los bombardeos de Homs»
Actualizado: GuardarViernes de oración, viernes de sangre. La guerra civil que sacude Siria y que se extiende por todo el estado dejó ayer 28 nuevos mártires y 235 heridos más -la mayor parte miembros de las fuerzas de seguridad, pero también civiles- en Alepo, la segunda ciudad más importante del país. Los rumores sobre una marcha multitudinaria contra Bashar el-Asad estaban a punto de confirmarse cuando dos fuertes explosiones hicieron que Alepo se estremeciese, que junto a Damasco ha permanecido desde el inicio de las revueltas blindada por un régimen que sabe que su supervivencia depende del control de las dos principales urbes.
Dos ataques, al menos uno de ellos con coche bomba, golpearon a la sede de la inteligencia de la Policía Militar y un cuartel de la fuerzas antidisturbios, que en esos momentos se preparaban para salir a patrullar y evitar protestas a la salida de las mezquitas. En las imágenes difundidas por los medios oficiales se ven restos de cascos y chalecos por el suelo ensangrentado del patio y vehículos blindados afectados por la explosión. ¿Quién fue el responsable de esta matanza? Las autoridades no dudaron en apuntar a «grupos terroristas», lo mismo que ya hicieran en los atentados suicidas que en diciembre y enero causaron más de 70 muertos en Damasco.
Falta de cohesión
La sorpresa esta vez llegó desde una oposición que volvió a dejar patente su falta de cohesión interna. La mayor parte de los testimonios opositores acusaron de la autoría a las propias agencias de inteligencia del régimen para restar apoyo popular al alzamiento. Ese fue el discurso de los representantes del Consejo Nacional Sirio, con sede en Estambul, y del resto de movimientos políticos contrarios al régimen.
El mensaje del brazo militar de la resistencia fue diferente y el comandante en jefe del Ejército Sirio Libre (ESL), Riad Al Assad, declaró a la agencia Efe que «estas operaciones responden a los bombardeos del régimen Homs». «Estábamos vigilando la actividad de las fuerzas del orden y de los 'shabiha' (matones), cuando estaban a punto de salir a las calles para evitar protestas, dos grupos de ESL atacaron los edificios con armas ligeras y lanzagranadas», afirmó el número dos de la milicia, Malik al-Kurdi. Una descripción de los hechos que no incluye, sin embargo, el factor del coche-bomba.
Es incomparable la capacidad de las fuerzas regulares y del ESL. Los rebeldes, la mayor parte desertores, se esfuerzan por conseguir armas y en la preparación de emboscadas por medio de artefactos explosivos improvisados. Pero su fuerza radica sobre todo en que exmilitares se mezclan con civiles que luchan por la defensa de sus propios barrios y viviendas. De confirmarse la autoría de este doble ataque en Alepo sería la primera vez que la milicia opositora reconoce el uso de coches bomba en centros urbanos en su lucha contra el sistema. Algo que podría generar una fuerte división entre los brazos políticos y militares de la oposición que a finales de enero escenificaron su unión, pero que «en la práctica estan muy lejos de poder trabajar coordinados debido a las grandes dificultades operativas existentes en el interior del país», reconocía recientemente a este medio el representante del CNS en Damasco.
Como ocurrió con el levantamiento de los barrios del este de la capital siria la semana pasada, cada vez que una de las grandes ciudades ruge el resto de focos revolucionarios pasan a una segundo plano. Ocurrió ayer con Homs, donde los opositores denunciaron que un día más el Ejército siguió con su cruenta ofensiva y otras cinco personas murieron.