Berlusconi durante la presentación de un libro la semana pasada. :: AFP
MUNDO

Berlusconi se enfrenta a su cuarto juicio

Está acusado de publicar en su diario una grabación judicial robada que dañaba a la oposición cuando era primer ministro

ROMA. Actualizado: Guardar
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Berlusconi ya tiene cuatro procesos abiertos al sumarse ayer uno más a la lista por un presunto delito de revelación de secreto de sumario en 2005, el denominado caso Unipol. Es uno de los más irónicos para el ex primer ministro italiano, pues él que siempre se queja de la filtración indiscriminada de datos judiciales a la prensa para atacarle, y se lamenta cada día de las grabaciones telefónicas, en este asunto está acusado precisamente de eso, de pasar una cinta comprometida a su diario 'Il Giornale' para dañar a un adversario político. Y siendo primer ministro. Como marca la rutina se debe repetir la frase habitual de estos casos: si ocurriera en otro país sería gravísimo, pero en Italia no pasa gran cosa y habrá que ver cómo termina el juicio. Empieza el 15 de marzo.

Ayer se confirmó el procesamiento tras prestar declaración 'Il Cavaliere', que no convenció a la magistrada de la audiencia preliminar. Su gran argumento para negar haber oído en su vida la cinta que centra el caso fue el siguiente: «No recuerdo esa grabación, y por tanto excluyo haberla oído, porque si no me acordaría». También niega haber dado la orden de publicarla en 'Il Giornale', el diario de su hermano Paolo. Sus abogados ven una nueva conspiración de la Fiscalía de Milán y aseguran que es el único proceso en Italia por ese delito. Anticipan que el juicio «se quedará en nada, como todos».

La historia es muy interesante y se sitúa en 2005, en plena batalla de accionistas por la Banca Nazionale del Lavoro (BNL). Enfrentaba al español BBVA con una coalición de empresarios italianos liderada por Unipol que demostró ser una banda de rufianes, según han probado los tribunales. La Policía captó varias conversaciones del consejero delegado de Unipol, Giovanni Consorte, al que se relacionaba con el centro-izquierda. Una era con Piero Fassino, entonces secretario general del DS, primer partido de oposición. Fassino, eufórico, le dijo en plan colega una frase que se hizo famosa: «¿Qué, entonces ya tenemos un banco?».

Oportunidad de oro

'Il Giornale', editado por el hermano de 'Il Cavaliere', Paolo Berlusconi, e instrumento de sus guerras sucias, publicó la conversación el 31 de diciembre de 2005. Fue un duro golpe para la izquierda antes de las elecciones de 2006, pues les retrataba como una clase dirigente que compadreaba con las altas finanzas. Los investigadores se quedaron de piedra porque la grabación resultó ser de una cinta robada de los juzgados, pero muy pocas personas tenían acceso a ella. De hecho había sido el administrador de la empresa que realizaba las escuchas para la Policía, Roberto Raffaelli. Supo que esa cinta podía ser oro puro para Berlusconi y no desaprovechó la ocasión para marcarse un tanto ante él.

A través de un socio, Fabrizio Favata, en negocios con el hermano del magnate y con problemas económicos, logró una cita con el primer ministro. Ambos, han declarado, llevaron la grabación a su mansión de Arcore el día de Nochebuena de 2005. Siempre según su relato, Berlusconi se sentó en un sillón y al oír la voz de Fassino se le iluminó la cara. «Gracias, mi familia os estará eternamente agradecida», les habría dicho. El líder del centroderecha admitió ayer haberles recibido, pero «como recibo a cientos de empresarios».

Raffaelli y Favata debieron sentirse decepcionados en sus expectativas, porque al cabo de un tiempo fueron con la historia a un político de la oposición, que les denunció. También aparece la sombra del chantaje, como en otros asuntos de Berlusconi, porque Favata le había pedido antes un millón de euros. Favata ya ha sido condenado a dos años y cuatro meses y a indemnizar a Fassino con 40.000 euros.