La plantilla exige que se anulen todas las tomas de razón para que llegue dinero para los sueldos
La incertidumbre sobre la situación económica municipal ahoga a la ciudad, en la que ya están en huelga tres de las grandes concesionarias
Actualizado: GuardarInsostenible. Ésa es la sensación que planea hace ya días en la ciudad por la situación económica municipal, una institución que aún a principios del ejercicio cuenta con liquidez cero para atender todos sus pagos, y a la que no llegan noticias positivas respecto a las negociaciones en las que se empeña el gobierno local para renegociar acuerdos de pago con bancos y concesionarias como Urbaser.
Y es que por si fueran poco los impagos de ya demasiadas nóminas, la incertidumbre que existe en torno a las gestiones que está realizando el ejecutivo de María José García-Pelayo para que llegue dinero a las arcas locales ahondan más el agujero en el que se está hundiendo la ciudad y ante el que parece no haber un fin claro.
No en vano, la radiografía actual es más que desalentadora, y a las dos pagas y pico que le deben a la plantilla del Ayuntamiento (desde diciembre solo han cobrado 1.125 euros del salario de ese mes) se unen los impagos de hasta cuatro sueldos en algunas de las principales concesionarias de la localidad, como ocurre en Acasa (ayuda a domicilio) y Urbanos Amarillos, o de dos nóminas en el caso de Limasa (limpieza de colegios y dependencias municipales).
Es por eso que las tres empresas gestoras de algunos de los principales servicios públicos básicos ya están en huelga en estos momentos, y sin visos de que la situación mejore a corto plazo, toda vez que antes que todos los trabajadores de las concesionarias deberá cobrar íntegramente todos sus atrasos la plantilla municipal.
Sin embargo, ya ni siquiera es cuestión de quién debe ponerse primero en la cola, porque en estos momentos la inyección de dinero a las arcas municipales está en el aire ya que ni ha fructificado por ahora la negociación para el préstamo de legislatura; ni parece que Urbaser, la única concesionaria que está cobrando regularmente gracias a las tomas de razón de Diputación, esté dispuesta a ceder ni un céntimo de lo que ingresa actualmente; ni los bancos están siendo lo flexibles que necesita el gobierno local.
En esta tesitura, desde el gobierno local seguían insistiendo ayer en que no se ha cerrado definitivamente ninguna puerta, en que se siguen haciendo negociaciones y gestiones, en que no se pueden hacer valoraciones apresuradas de las dificultades que se están encontrando y en que aún hay oxígeno.
Mucho menos claro lo tiene la plantilla municipal, que «cada día vez aumentar más su preocupación», como aseguraba ayer la presidenta del comité de empresa, Nieves Calvillo. Tanto es así, que en la reunión que mantuvieron ayer los representantes sindicales decidieron exigir por escrito al ejecutivo que «tome medidas inminentes» y, entre otras cuestiones, «anule de una vez las tomas de razón que existen para que llegue el dinero de los impuestos al Consistorio y se puedan pagar los sueldos».
«La ciudad está estrangulada, y ya en su momento la alcaldesa dijo que el plan de tesorería saldría adelante sí o sí, con el acuerdo de Urbaser y los bancos o de forma unilateral», recalcó Calvillo, que también anunció que los trabajadores del Ayuntamiento se sumarán desde hoy a los de las concesionarias en sus protestas diarias.
Desde el comité recogieron las palabras que ayer mismo lanzó el concejal de IU, Joaquín del Valle, que fue tajante al recordar a la primera edil que las tomas de razón no tienen entidad jurídica que impida romperlas de forma unilateral, al tiempo que recalcó que su partido ya le comunicó a la primera edil que tiene su apoyo para hacerlo. Según el edil, «lo que no es de recibo es que solo dos acreedores, Urbaser y Cajasol, cobren a través de Diputación todo el dinero que hay sin tener en cuenta los servicios básicos de la ciudad».