MUNDO

Occidente y Arabia Saudí acentúan sus presiones sobre el dictador

Estados Unidos clausura su embajada ante el clima de inestabilidad y la falta de seguridad

LONDRES. Actualizado: Guardar
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Occidente y Arabia Saudí intensificaron ayer sus presiones diplomáticas sobre el régimen de Damasco, que hasta ahora se han visto frustradas por el respaldo de China y Rusia en la ONU. Mientras el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, justificó ayer ante la Liga Árabe la postura del Kremlin, Estados Unidos se escudó en la inestabilidad que se ha apoderado de la capital siria para clausurar su embajada. La portavoz de la legación, Victoria Nuland, apeló a la «violencia reciente» y las bombas que los pasados 23 de diciembre y 6 de enero estallaron en Damasco, hechos que demostrarían que la sede diplomática «no está lo suficientemente protegida».

A pesar del cierre -el personal estadounidense abandonó el país-, el presidente Barack Obama descartó la opción militar para derrocar a Bashar el-Asad como se hizo con el dictador libio Muamar Gadafi. «Pienso que es muy importante que intentemos resolverlo sin recurrir a la intervención militar extranjera, y pienso que es posible», declaró. No obstante, la Casa Blanca se ha planteado ayudar a los rebeldes sirios a conseguir armas a través de otros países, entre ellos Arabia Saudí, cuyo rey Abdulá pidió a ayer la comunidad internacional que multiplique los esfuerzos para pacificar Siria.

La UE anunció, entre tanto, que se prepara para ampliar sus sanciones contra el régimen de Damasco, si bien por ahora no ha planeado cerrar su oficina de representación.

«Régimen asesino»

El Gobierno británico, por su parte, descalificó al «régimen asesino» del presidente Bashar el-Asad y recabó la presencia en el Ministerio de Exteriores del embajador sirio en Londres para transmitirle la más dura condena por la «abominable y violenta represión». En una comparecencia en los Comunes, el jefe de la diplomacia de Reino Unido, el conservador William Hague, tildó como un «grave error de juicio» el veto de Rusia y China a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que, según dijo, «ha incrementado la posibilidad de una guerra civil en Siria».

«Rusia y China han decidido tomar partido por el régimen de El-Asad», denunció Hague. El ministro dejó claro que la llamada a consultas del representante sirio en la capital británica no es el primer paso hacia el cierre de la legación diplomática británica en Damasco. Por el contrario, Londres quiere mantener la presión contra el dictador dentro y fuera del país. «Estamos ante una situación totalmente inaceptable que requiere una respuesta internacional. El plan de la ONU era el de la Liga Árabe. No estaba impuesto por Occidente», añadió.

Hague adelantó que el Gobierno «no contempla armar» a ninguna facción en Siria y aseguró que Londres tampoco ha iniciado «contactos» con el Ejército rebelde. «No demandamos una acción militar ni la intervención armada», subrayó el jefe de la diplomacia británica, que al igual que Obama apostó por una ofensiva diplomática.