La avenida Micaela Aramburu es una de las más afectadas. :: L. R.
APOYO ECONÓMICO

El Ayuntamiento pedirá ayuda a Europa para combatir el picudo rojo

La gestión se realizará a través del Gobierno y la Junta para exigir que se invierta en investigar soluciones contra esta pandemia

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La destrucción masiva que el escarabajo picudo rojo está causando en las palmeras de la ciudad ha iniciado el camino para llegar hasta Bruselas. El Ayuntamiento, que ha invertido varios miles de euros sin lograr frenar la plaga, ya ha dado los primeros pasos para que la Unión Europea asuma responsabilidades en un problema que se arrastra desde hace casi cinco años y que se ha extendido de forma paulatina no solo por Cádiz y Andalucía, sino prácticamente por todo el arco mediterráneo.

La concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de El Puerto, Marta Rodríguez, se ha puesto en contacto con la parlamentaria andaluza Carolina Rodríguez para que ésta a su vez eleve al Congreso de los Diputados el problema del picudo rojo. La intención final es que el Gobierno de España llame la atención de la Unión Europea con respecto a este asunto que está afectando a las palmeras de varios países comunitarios. «No se trata de una cuestión local. En Grecia o Italia también están desapareciendo las palmeras y las administraciones pequeñas no podemos hacer más. Hace falta invertir en tratamientos, pero sobre todo en investigación para dar con una solución definitiva».

El Puerto cuenta con un censo de unas 7.000 palmeras, de las que alrededor de 5.000 ejemplares se encuentran en lugares público y un 60% de las mismas están afectadas por el escarabajo. Según los técnicos del área de Medio Ambiente, el coste aproximado de tratamiento o eliminación es de 500 euros por unidad lo cual daría un gasto aproximado de 2.500.000 euros. Los trabajos en El Puerto comenzaron hace unos tres años, primero centrados en los ejemplares que suponían un peligro por la caída de hojas y a continuación en los que tienen mayor importancia paisajística e histórica para la ciudad. Pero a la vista está -solo hay que darse un paseo por el parque Calderón- que de poco han servido el dinero y el esfuerzo. En 2011 se perdieron 171 palmeras y 331 unidades fueron tratadas. Pero tan solo se han recuperado 27 gracias al procedimiento del injerto en el parque Calderón, cuya sangría podría haber sido superior.

El modus operandi que se ha seguido en El Puerto para combatir la plaga ha consistido en la limpieza de hojas y racimos de dátiles, para continuar con una cirugía en el capitel de la especie basado en la instalación de un dispositivo de goteo para posteriores tratamientos; ya que la palmera debe recibir ocho sesiones a lo largo del año. Con dicho mecanismo se facilita el trabajo, ya que los siguientes tratamientos se aplican desde abajo.

Sin apoyo económico

La concejala popular lamentó que en todos estos años la Junta de Andalucía no se haya implicado. Si bien hasta 2008 la consejería de Agricultura y Pesca atendió la plaga, ese mismo año, al detectarse las dimensiones de la misma con la tala de 9.000 palmeras en Andalucía, se publicó el decreto para que los ayuntamientos adoptaran medidas de forma individual. «Se desvinculó del problema, y nunca ha destinado ni un euro para acabar con la plaga». En noviembre del 2010 el Pleno municipal aprobó una propuesta para instar a la Junta a que tome cartas en el asunto. Pero de poco o de nada ha servido.

Por otro lado el área de Medio Ambiente baraja la posibilidad de sustituir las palmeras de la recién reurbanizada avenida Micaela Aramburu, el parque Calderón y la calle Aurora -los tres puntos más afectados- por otros árboles de gran porte. El presupuesto elaborado por Cespa, y que solo atañe de momento a las 46 palmeras de Micaela Aramburu, ronda los 70.000 euros por retirar los tocones, rehacer el pavimento y colocar los nuevos ejemplares.

Rodríguez dijo que en estos momentos su concejalía no dispone de partida económica para esto. «No debemos olvidar que si bien se trata de la zona más turística de la ciudad, con mucho paso diario de transeúntes, y que debemos mantener su imagen impecable, la sustitución de palmeras no es algo imprescindible. Hay otras necesidades más imperiosas en las que gastar el dinero».