La defensa fue su mejor ataque, aunque la pólvora estaba mojada

A Emilio Viqueira le duró la paciencia con Merino 16 jornadas, las suficientes para saber que el linense no daba con la tecla en su primera experiencia como primer espada. El equipo se mantenía, como en el día de hoy, en el puesto 16 de la tabla clasificatoria, aunque a solo tres puntos del descenso, lo que causó su destitución. Y es que con 17 puntos sumados en 16 partidos disputados, era lo más lógico. Aún así, el ex del Recre sumó más puntos que su sucesor. En cuanto a porcentaje, Merino logró el 35,4% de los puntos que estaban en juego, aunque en casa dejó muchas dudas. Y es que el Municipal de Chapín se convirtió en un problema para el de La Línea. Cinco puntos logrados en su feudo (una victoria ante el Girona y dos empates ante el Celta y el Sabadell), y una actitud alejada de la que el equipo mostró a domicilio, donde logró tres victorias ante Alcorcón, Alcoyano y Recreativo de Huelva).

Fue la tumba para un entrenador que, por contra, hizo de la defensa su mejor ataque. Lo mantuvo desde su llegada al club al pensar que el equipo había mostrada debilidades defensivas la temporada anterior y se lo tomó a pecho, ya que el Deportivo recibió 20 goles en 16 partidos, una media de 1,25% por encuentro. Una mala cifra, desde luego, pero mejor que la que el equipo ha firmado en las últimas siete jornadas. Por otro lado, la pólvora mojada de los atacantes azulinos encendieron las alarmas. Solo 15 dianas en 16 encuentros, ni uno por partido (0,9%) de un equipo que mostró su mejor juego con el gaditano, pero que no llegó a convencer a la marea azulina.