Tres de cada cuatro vascos quieren que ETA pida perdón
El 68% cree que ya no habrá más atentados y el 75% coincide en que el proceso se acelerará si hay un acercamiento de presos a Euskadi
MADRID. Actualizado: GuardarEl optimismo sobre el fin del terrorismo alcanza ya a más de las dos terceras partes de los ciudadanos de Euskadi. Según el último Euskobarómetro, el 68% considera, tras el anuncio por ETA del cese definitivo de actividades, que ya no habrá más atentados. Se trata de un porcentaje que prácticamente duplica al que esta misma encuesta semestral de la Universidad del País Vasco registró hace un año sobre igual pregunta. La razón fundamental es que el 46% de los consultados, la gran mayoría, considera que esta vez la banda sí que es sincera en su anuncio.
No obstante, el Euskobarómetro indica que la mayor parte de los encuestados considera que la organización criminal aún no ha dado los pasos suficientes para dar por terminadas las cinco décadas de terror. Tres de cada cuatro vascos, incluidos la mitad de los que se declaran simpatizantes de Amaiur, quieren que ETA pida perdón por sus asesinatos a las víctimas del terrorismo y un porcentaje muy similar entiende, además, que «se le debe exigir a ETA la entrega de las armas y su disolución incondicional antes de dar ningún paso».
De todas formas, los mismos tres cuartos de los encuestados equilibran las exigencias y reclaman al Gobierno que para acelerar este proceso sería conveniente que iniciase ya un acercamiento paulatino de los presos etarras a cárceles más próximas a Euskadi y, también, que el cierre del episodio del terrorismo, para ser definitivo, debería de acabar «sin vencedores ni vencidos».
El Euskobarómetro aporta otro dato interesante. La mayor parte de los vascos considera que el factor que más ha influido en el anuncio por ETA del cese de la violencia ha sido la «movilización de la sociedad civil» y su resistencia cívica contra el terror, seguido del cambio radical de rumbo de la izquierda abertzale y del propio convencimiento de ETA en la necesidad de acabar. Justo detrás viene la presión policial y el precedente del IRA.