Aficionados de los dos equipos se enfrentan en las gradas del estadio de Port Said, donde las bengalas provocaron un incendio. :: EFE
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Un partido de fútbol acaba con 73 muertos

Cientos de personas resultan heridas en Port Said en los disturbios provocados por los hinchas de los equipos egipcios Marsi y Ahli

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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La peor tragedia del fútbol que se recuerda en Egipto dejó ayer al menos 73 muertos en Port Said después de que miles de seguidores de dos equipos rivales se enfrentaran al final de un partido de liga. Los hinchas invadieron el campo, prendieron fuego a varios puntos del estadio e iniciaron una batalla campal. Algunas de las víctimas murieron apuñaladas y otras aplastadas por la estampida. También hay decenas de heridos.

La televisión egipcia mostró imágenes de miles de seguidores del Marsi, el equipo local, que descendían de las gradas e invadían el césped, mientras que los futbolistas y los técnicos del Ahli, el club visitante y uno de los mayores de Egipto, huían despavoridos, ante la mirada aparentemente impávida de los policías, que se encontraron desbordados. «Las fuerzas de seguridad nos han abandonado, no nos han protegido. Un seguidor ha muerto en los vestuarios delante de mí», relató ayer con voz de pánico a la televisión egipcia el veterano jugador del Ahli Mohamed Abutrika, la mayor estrella del fútbol egipcio, que describió la escena que había vivido como «la guerra».

La junta militar egipcia envió dos helicópteros a Port Said, en el noreste del país, para evacuar a los jugadores del Ahli, a sus seguidores y a algunos de los más de 130 heridos que se produjeron en los enfrentamientos. Al parecer, el envío de las aeronaves respondió a una petición expresa del club cairota. Los futbolistas tuvieron que refugiarse en los vestuarios para no ser linchados, y desde allí llamaron a la televisión para contar las escenas dantescas que habían presenciado. «Es culpa nuestra por haber jugado el partido. Las autoridades tienen miedo de cancelar los encuentros para no perder dinero. No les preocupan las vidas de la gente», denunció también por teléfono el centrocampista Mohamed Barakat.

El partido, considerado de alto riesgo debido a la rivalidad de los equipos, enfrentaba al Masri con el Ahli, y que acabó con un resultado de tres a uno. A pesar de la victoria, los seguidores locales invadieron el campo en cuanto el árbitro pitó el final del partido. «Es el mayor desastre de la historia del fútbol egipcio», dijo el viceministro de Sanidad, Hesham Sheiha. El presidente del Parlamento, Mohamed Saad el-Katatni, ha convocado para hoy una sesión de urgencia de la Cámara de Representantes para debatir los trágicos sucesos de anoche. El presidente de la Federación de Fútbol Egipcia, Samir Zaher, también anunció que habían decidido suspender indefinidamente todos los partidos de la primera división.

Escoltados por blindados

Fuentes policiales aseguraron que la situación en Port Said, en uno de los extremos del canal de Suez, estaba controlada por la Policía y por el Ejército, que comenzaron a evacuar a los seguidores del Ahli en autobuses protegidos por vehículos blindados. Durante los enfrentamientos también se produjeron algunos actos de vandalismo.

Según el delegado del ministerio de Sanidad en Port Said, Helmy Ali al Atny, muchos de los fallecidos murieron al caer de las gradas del estadio, y otros por fracturas en el rostro y hemorragias internas, informó Efe. Pero también se produjeron muchas muertes por apuñalamientos y es que, al parecer, las medidas de seguridad fallaron y algunos hinchas entraron con cuchillos y navajas al estadio.

Algunas de las víctimas podrían ser miembros de las fuerzas de seguridad, según dijo un empleado de la morgue de Port Said a la agencia AP. Los hinchas del fútbol egipcio son conocidos por su violencia y por su profundo resentimiento hacia la Policía, a la que se han enfrentado al final de otros partidos. Desde la revolución del 25 de enero, los hinchas del fútbol, especialmente los del Ahli, han tenido un papel relevante en los enfrentamientos entre manifestantes y Policía principalmente en los alrededores de la plaza Tahrir. Por el momento no parece que estén dirigidos políticamente, aunque algunos analistas consideran que es algo que podría suceder en el futuro.

La violencia desatada en Port Said obligó a suspender otro encuentro que se estaba celebrando en el estadio de El Cairo -entre los equipos Zamalek e Ismailia- en respeto a las víctimas, pero también por temor a que pudieran producirse más enfrentamientos. Poco después, la televisión egipcia mostró imágenes de varios incendios en este estadio, al parecer provocados por hinchas locales, furiosos por la cancelación del partido.