Imagen en la que se ve el cartel del parque El Barrero en el que va destinado el Museo de la Sal. :: C. C.
SAN FERNANDO

El PGOU pinta el Museo de la Sal en el suelo reservado al hotel El Barrero

El Ayuntamiento mantiene contactos con Cupimar para aprovechar una salina y ubicar allí el equipamiento

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Al final del parque El Barrero existe una parcela en cuya entrada un cartel en grande avisa que ese suelo está reservado para la construcción de un hotel-escuela. Sin embargo, poco, o mejor dicho nada, se sabe de este equipamiento que parece haber caído en el olvido. Durante años el suelo estuvo baldío y se convirtió en una especie de vertedero que llegaron a denunciar los vecinos de la zona.

Entonces en la anterior legislatura el equipo de Gobierno decidió aprovechar el espacio para completar la red de aparcamientos en superficie, al menos hasta que se pudiera desarrollar el proyecto. Lo curioso es que ahora y según el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) resulta que este terreno no está destinado a un hotel-escuela, tal y como reza el cartel que aún continúa en el lugar, sino que allí está pintado el museo de la Sal.

Pero, por otro lado el Ayuntamiento está trabajando para encontrar una ubicación para este equipamiento que sea adecuado y no hay mejor sitio que una salina, motivo por el que el nuevo equipo de Gobierno se ha puesto en contacto con Cupimar, de modo que se pueda recuperar una de las salinas que pertenecen a esta empresa y que actualmente no se está aprovechando. Todo ello cuando en el Zaporito, lugar en el que el Partido Andalucista (PA) había planificado colocar precisamente el Museo de la Sal, será finalmente un Centro de Interpretación de los Molinos de Mareas y de la actividad de la carpintería de ribera. Y tras todo este galimatías, surge la duda de qué va a ocurrir con el suelo del parque El Barrero.

Lo cierto es que no está nada claro y el gobierno del Partido Popular no lo tendrá nada sencillo pues actualmente cualquier desarrollo se encuentra con la dificultad de la financiación. Por un lado las administraciones no tienen dinero en sus arcas para impulsar iniciativas culturales, mientras que por el otro el sector privado tampoco quiere realizar grandes inversiones, ante los problemas para lograr el visto bueno de los bancos y ante el miedo de asumir un riesgo demasiado alto, sobre todo en la actual época de recesión económica.

Faltan camas

Claro que el objetivo de hacer un hotel en esta zona tampoco es un proyecto que surgió de la nada, sino que se planteó ante un problema evidente con el que cuenta San Fernando, la falta de camas. Ahora se estima que son unas 300 sin contar con los apartamentos, que sufren una situación complicada de alegalidad y que se está intentando resolver por parte de los propietarios, el grupo de Bahía Sur y el propio Ayuntamiento.

Esta cantidad es insuficiente para una ciudad que pretende girar su modelo económico hacia el turismo a través de la explotación de sus recursos patrimoniales, naturales y culturales. Y todo ello cuando las planificaciones realizadas, en este sentido, han fallado y tampoco han salido adelante otras iniciativas, como la que se pretendía desarrollar en la Casa Lazaga y junto a Capitanía, pasando por el complejo hotelero que Costas no permitió que se llevara a cabo en las proximidades de la Leocadia.