Previsible Consejo
La Cumbre europea realizó un gesto hacia el empleo mientras consagraba la política de austeridad y disciplina presupuestaria
Actualizado: GuardarEl Consejo Europeo de ayer entreabrió una ventana de oportunidad al impulso de políticas destinadas a generar puestos de trabajo, sobre todo para los jóvenes, acompañada de indicaciones genéricas para que tanto el Banco Europeo de Inversiones como los distintos gobiernos auspicien el crédito a favor de las Pymes. La utilización del Fondo Social Europeo previsto para el período 2007-2013 en la promoción de empleo constituye, por sus 22.000 millones, una medida a tener en cuenta. Aunque su tardía aplicación reducirá su eficacia, sobre todo por las dificultades que supondrá a los socios en recesión añadir una parte de la financiación a los programas europeos. Es lo que le ocurrirá a España cuando deba sumar 1.300 millones de euros a los 2.700 millones que reciba del fondo europeo. Lo cual refleja que las economías del euro siguen pendientes de su saneamiento financiero; de las sombras que proyectan Grecia y en menor medida Italia y España. Una inquietud consagrada en el nuevo Tratado fiscal. El presidente Rajoy declaró ayer que España está decidida a acometer todos los esfuerzos requeridos al mismo tiempo: austeridad, reformas y reactivación. Aunque también dio a entender que el Gobierno español se ha cubierto fijando un orden de factores por el que espera que el 23 de febrero la UE haga públicas sus previsiones para elaborar a continuación el proyecto presupuestario del 2012. Las palabras de Barroso, señalando que la situación de España y la contención del déficit en el presente ejercicio deben ser objeto de discusión entre el Ejecutivo Rajoy y la CE, podrían interpretarse como una actitud abierta a relajar el compromiso vigente. En apariencia la prórroga temporal de los objetivos de déficit concedería a la economía española un mayor margen para poder limitar los esfuerzos de austeridad pública en aras a que las instituciones incorporen a sus presupuestos iniciativas de estímulo. Pero por mucho que tal eventualidad sea consensuada con las instituciones de la Unión, es imprescindible tener en cuenta las contraindicaciones que acompañan a todo cambio de las reglas de juego frente a los mercados. Los ahorros previstos por rebajar la exigencia del 4,4% para 2012 pueden conllevar un sobrecoste financiero.