Como viene siendo habitual, los piquetes quemaron un contenedor de madrugada, lo que constituyó el único incidente del día. :: EVA LINDBERG
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Jornada tranquila en el primer día de huelga de autobuses urbanos

Los trabajadores afrontan el quinto paro indefinido en un año con duras críticas a la empresa por la merma del servicio

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Los jerezanos parecen haberse acostumbrado ya a convivir con continuos conflictos laborales que influyen directamente en la merma de los servicios recibidos y, por ende, en su calidad de vida. Lo que debería ser una excepción se ha convertido en casi una rutina para los usuarios del transporte urbano, que en solo un año han sufrido hasta cinco huelgas de los conductores de Urbanos Amarillos; una de ellas, como se recordará, llegó a durar hasta once semanas.

La cuestión es que desde ayer afrontan el quinto de los paros indefinidos y, según fuentes del comité de empresa, han de soportar situaciones que minarían la paciencia del más pintado. Como contaron a este medio, la «nula apuesta» de la empresa por el servicio está conllevando el que no se cubran las bajas del personal, de tal modo que cuando ha de producirse un relevo resulta que no hay conductores para ello. Esto suele darse a mitad de un trayecto, por lo que sin ir más lejos ha habido casos en que los viajeros se han subido al transporte en Hacienda y en el hospital han tenido que bajarse ' a la fuerza', ya que el conductor ha cubierto su turno dejando la vacante desierta.

Este, desafortunadamente, es solo un ejemplo de las condiciones que padecen los ciudadanos, con una flota obsoleta cuyos vehículos no se reparan y pasan semanas sino meses en el taller. «El servicio se ha reducido un 35% en el último año y eso es porque situaciones de este tipo se han convertido en algo normal». Aseguran, de hecho, que esto se produce estén o no de huelga y que ello es achacable en un cien por cien a la empresa.

Manifestación pacífica

En lo que respecta a la jornada de ayer, los trabajadores se concentraron a las 6.30 horas en las cocheras y, salvo un contenedor que acabó ardiendo, la mañana se desarrolló de manera pacífica con una manifestación que hizo parada en las puertas del Consistorio y continuó hasta la plaza del Caballo para luego volver por el mismo camino. Unas protestas que llevarán a cabo todos los días mientras dure la huelga, con la intención eso sí de que no afecte a los servicios mínimos, que seguirán con un autobús por línea salvo dos en la 8, 9 y 10.

Como subrayaron ayer, ésta constituye la quinta huelga indefinida y quizá la más delicada de todas, teniendo en cuenta que ya ni siquiera queda aval del que tirar, después de que se hayan gastado los 2,4 millones de euros que quedaban. Así pues, la situación a nivel económico es aún más delicada y los trabajadores no dejan de preguntarse de dónde sacarán el dinero Ayuntamiento y empresa para hacer frente a las cuatro nóminas pendientes.

«Esto es absolutamente insostenible, tanto por los impagos como por el deterioro del servicio. Con la liberación del aval se nos tenía que haber pagado, y sin embargo se aprovechó para liquidar las cuentas con proveedores de fuera». A esto le suman la propuesta de la empresa, que fijó un calendario para abonar los salarios pendientes del todo inasumible para los afectados. Así, Urbanos Amarillos pretendía transferir el mes de noviembre a partir del 6 de febrero y así sucesivamente, de tal forma que al menos hasta marzo no cobrarían enero.

Un calendario que fue desestimado por el comité de empresa en el Sercla (Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía), al considerar que no da respuesta a la necesidad inmediata y urgente de los perjudicados. Por todo ello, los conductores siguen manteniendo la huelga como la mejor opción posible de movilización y, una vez más, lamentan las molestias que todo ello pueda acarrear a usuarios y comerciantes, los otros grandes damnificados por la protesta.