Zapatero fuerza una tregua entre Rubalcaba y Chacón con una cena
El secretario general congregó ayer en Ferraz a su ejecutiva para despedirse y relajar las tensiones entre ambas candidaturas
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero forzó ayer una tregua en la batalla por el liderazgo del PSOE al celebrar una cena informal de despedida, en la sede madrileña de la calle Ferraz, a la que asistieron la mayor parte de los miembros de su ejecutiva, entre ellos los también candidatos a relevarle como secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón.
La cena fue convocada por el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, a petición de Zapatero, y estaban invitados los 32 miembros de la Ejecutiva Federal, en la que de hecho fue su última reunión. Aunque los portavoces socialistas no detallaron la lista de asistentes, el ágape al parecer fue masivo, ya que casi todos los dirigentes habían confirmado su asistencia al equipo de Iglesias. Entre las ausencias que trascendieron estuvo la de Elena Valenciano, una de las personas de máxima confianza de Rubalcaba, por un problema de salud.
La reunión es tradicional entre los socialistas y se celebra siempre a las puertas del congreso federal en el que el partido renovará la ejecutiva nacional de los últimos cuatro años, que en este caso tendrá lugar en Sevilla, del viernes al domingo próximos, y que también supondrá el relevo del secretario general de los últimos doce años. Los organizadores destacaron que se trata de una reunión de corte privado y «lúdico», de la que por norma se excluye el trabajo político habitual.
Pese a que no se trate de una iniciativa extraordinaria, en fuentes socialistas estaban convencidos de que esta cena desenfadada, a solo cinco días del congreso de Sevilla, también tenía el objetivo secundario de tratar de relajar la tensión que en las últimas semanas, más en privado que en público, se ha detectado entre los partidarios de Rubalcaba y Chacón. No en vano Zapatero ha tenido especial cuidado de mantenerse equidistante en el pulso por el poder socialista para poder ejercer, escoltado por Iglesias, el papel de general de los 'cascos azules' del PSOE.
Evitar errores
En esta ocasión la necesidad de que las carrera por el liderazgo del PSOE no traslade al exterior una imagen de enfrentamiento y división interna es aún más importante que en competiciones precedentes. La debacle sufrida por el partido en los comicios generales y locales de 2011 y la existencia de unas trascendentales elecciones autonómicas en Andalucía el 25 de marzo hacen que todos los dirigentes coincidan en que, en cuanto se conozca el nombre del próximo secretario general, deberán escenificar de inmediato la unidad interna y el cierre de filas.
De hecho, los equipos de los dos candidatos se dedicaron ayer a lanzar en público solo mensajes en positivo a su militancia, conscientes de que inician el último tramo hacia el congreso muy igualados de apoyos, que la victoria puede estar en manos de un reducido grupo de delegados indecisos o no alineados, y que no deben cometer errores de última hora como caer en descalificaciones personales. Ambos aspirantes insistieron en su intención de integrar al contrario en su nuevo proyecto, en lanzar propuestas para sacar ya al partido de su abatimiento, y en derivar todas sus críticas contra la presunta incapacidad de Mariano Rajoy para defender adecuadamente en la UE los intereses de España.
El expresidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra mostró ayer su apoyo a Rubalcaba «por decencia personal», porque cree que se le puede «dejar tirado» después de ser el candidato a las generales.