Francisco Camps y Mariano Rajoy charlan durante un mitin del PP en Valencia, en mayo de 2011. :: AFP
ESPAÑA

Rajoy baraja resarcir a Camps con un puesto en la ejecutiva nacional del PP

El expresidente valenciano podría sustituir al ministro Arias Cañete en la presidencia del comité electoral

MADRID. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy sopesa la formula más idónea para acometer la reinserción política que reclama Francisco Camps. El expresidente de la Comunidad Valenciana, tras ser declarado no culpable del delito de cohecho impropio en el denominado 'caso de los trajes', confía en que el partido premie la «lealtad» que demostró el pasado julio cuando dimitió de la presidencia a su pesar. «Voluntariamente ofrezco mi sacrificio para que Mariano Rajoy sea el próximo presidente del Gobierno», dijo el pasado agosto tras desechar en el último momento la posibilidad de inculparse, pagar la multa y evitar el juicio sin renunciar a su cargo. Camps era entonces, a cuatro meses para las elecciones generales del 20 de noviembre, el principal obstáculo en el camino de Rajoy hacia la Moncloa.

El líder del PP baraja ahora recompensar a Camps con un puesto en la próxima ejecutiva nacional del partido, que saldrá elegida en el congreso que los populares celebrarán dentro de tres semanas en Sevilla, según informaron fuentes de la dirección del partido. El futuro destino de Camps podría ser la presidencia del comité nacional electoral del PP, que actualmente ocupa el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete. Un órgano que gana relevancia en los procesos electorales, porque se encarga de dar el visto bueno a todas las candidaturas nacionales, autonómicas y a la de los ayuntamientos de las capitales de provincia.

Un cargo de relevancia interna que permitiría al expresidente del Consell dar el salto a la política nacional, aunque alejado de la sala de mando de la nave popular donde María Dolores de Cospedal, que salvo sorpresa de última hora repetirá como secretaria general, colocará a personas de su máxima confianza. Cospedal, no obstante, fue la primera en tender la mano al expresidente valenciano. «Camps hará lo que quiera en su vida, pero en la política siempre va a tener reservado un sitio, eso se lo puedo asegurar», declaró al día siguiente del veredicto de no culpabilidad que decretó el jurado popular.

Más allá del grado de responsabilidad que ostente finalmente Camps, lo importante sería el gesto y el mensaje que daría el máximo dirigente popular al resarcir a Camps e incluirlo en su equipo, pese a que su imagen pública aún sigue deteriorada.

Rajoy, que ha impuesto la habitual ley del silencio que suele preceder a sus decisiones de más calado, no dará ningún paso hasta que sus asesores jurídicos analicen la sentencia y, sobre todo, hasta conocer si la Fiscalía presenta recurso ante el Tribunal Supremo. Yeso que en Valencia hay prisas por abortar cualquier intentona de abrir el debate sobre si Camps, como vencedor de las elecciones, debería volver o no a la presidencia de la Generalitat. Una idea un tanto estrambótica porque obligaría al actual presidente, Alberto Fabra, a presentar su dimisión, pero ejecutable desde un punto de vista legal, ya que mantiene su acta como parlamentario autonómico. Una posibilidad que, no obstante, descartan en Génova. «Ya no hay vuelta atrás», sentencia uno de los miembros de la actual directiva del PP.

El partido se ha lanzado a intentar «restituir» la imagen del que fue uno de sus barones autonómicos más decisivos. Génova ha distribuido entre sus altos cargos un argumentario en el que se arremete con dureza contra el PSOE, al que responsabilizan de manera directa del «calvario judicial» de Camps. Una acusación con nombres y apellidos. Señalan a la que fuera vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, como la urdidora de este supuesto complot. De hecho, el texto asegura que fue la número dos de José Luis Rodríguez Zapatero «la que ordenó a la Fiscalía reabrir el caso que ha terminado después de tres años de un juicio paralelo sin precedentes».

Otras opciones

En Valencia dan por hecho que Camps ya ha comenzado a negociar su futuro con Rajoy y con Cospedal, aunque existen dudas sobre si aceptará su nuevo papel orgánico. Existen otras opciones para sacarlo de la política valenciana, donde ningún rival le ha podido ganar en las urnas. De hecho, el PP ha logrado con él sus resultados más brillantes en esta comunidad.

Con el Gobierno cerrado, Rajoy tiene poco margen de maniobra. Una salida podría ser el Parlamento Europeo, pero restan dos años para las elecciones. Demasiado tiempo para los anhelos de Camps. Otro destino con enjundia, insinuado desde algunos sectores del partido, podría ser la embajada de España ante el Vaticano, aunque la representación diplomática ante la Santa Sede tiene otros connotaciones para un gobierno conservador que Rajoy deberá tener en cuenta.