
¿Dónde puedo ver 'The Artist?
El cierre de la web Megaupload vuelve a poner sobre la palestra las causas que llevan al espectador a descargarse películas y dejar vacías las salas
Actualizado: GuardarDesde el origen de los tiempos modernos, el hombre ha buscado cubrir sus horas de ocio con elementos que cubran sus necesidades y que les genere el menos gasto posible. Entre esas opciones de entretenimiento, el cine ha sido y es uno de los más demandados. Capaz de hacer realidad los sueños, ya sea llevando al espectador a otros países, acercándolo a culturas nuevas, dándole a conocer personajes significativos de la historia, haciéndole partícipe de la vida de otros o ayudándole a comprender el origen de las cosas, el cine es la imaginación hecha realidad, y lo mejor de todo es que no supone esfuerzo alguno, más allá del económico. Y es aquí cuando aparece el conflicto.
Pocos son los que se atreven a decir abiertamente que no les gusta disfrutar de una buena película, incluso de una mala, pero muchos son los que dicen que gratis mejor que pagado. La detención de Kim Schmitz, fundador de Megaupload, ha dejado huérfanos a millones de internautas consagrados a la filosofía de la cultura gratis.
Aunque todavía es pronto, algunos han tenido que empezar a buscar nuevas vías para disfrutar de los estrenos de la semana y series de temporada. Muchos, volvieron a los orígenes. En el primer fin de semana sin Megaupload y sin pirateo de películas, la taquilla americana experimentó un incremento del 32%.
Sin embargo, la relación causa-efecto en la versión española no fue, ni de lejos, tan significativa. Aquí, todavía puede más la comodidad del hogar. Así lo demuestran los datos que apuntan a que sí aumentó, y mucho, la alternativa legal (pagada, evidentemente) de ver películas online, continuando la tendencia observada en 2011.
La mejor colocación de estos portales autorizados, como Filmin o Youzee en la que se ofertan tarifas planas por un precio mucho más rentable del que cuesta una entrada en sala, ha reabierto el debate no solo sobre el respeto a la propiedad intelectual, sino, y sobre todo, a cerca del futuro del cine desde el punto de vista empresarial. Precisamente, esta misma semana, el responsable del portal Filmin, Juan Carlos Tous, comentaba cómo habían buscado el negocio ante el cierre de Megaupload: «Fuimos hábiles y lanzamos una oferta nada más enterarnos de la noticia, tarifa plana durante dos meses por 14 euros». -Y añadía- «Se ha generado un debate, una curiosidad por buscar sitios legales ante la falta de ese gran almacén ilegal del que era tan fácil descargarse películas».
El paso por el cine sigue siendo obligado por razones de promoción y titularidad de derechos, pero las posibilidades de exhibición son mucho más flexibles. Incluso llegará el momento en que un largometraje se estrene al mismo tiempo en las salas y en la Red, previo paso por caja, por supuesto.
Además de las discusiones sobre el futuro, la rocambolesca historia de Schmitz y todas sus consecuencias y reacciones, esta situación plantea a la industria y consumidores una reflexión sobre el ayer. ¿Por qué funcionan (funcionaban) estas web de intercambio de archivos, sumiendo a la taquilla en una crisis sin precedentes? La respuesta de la comodidad de pegarse un atracón de cine sin tener que salir de casa es obvia. Argüir la excusa del coste cero tampoco es muy novedoso. Pero, en el extremo de esta teoría, ¿no es demasiado elevado el precio de una entrada en un multicine hoy en día? Cuando los que ahora debaten eran joven, recuerdan cómo era posible ir al cine, comprar palomitas y que todavía sobrase algo para el resto del día, pero ¿y ahora?
Según el último estudio de FACUA, el cine ha subido un 36% en los últimos siete años, casi 17 puntos por encima del IPC. La capital gaditana sigue siendo una de las más asequibles de Andalucía (la tercera más barata en la entrada normal, 5.95% de media). Sin embargo, en otras tarifas, como la del Día del Espectador o el cine en 3D, no solo se asemeja a la media nacional, sino que incluso la supera.
«Estoy convencido de que el cine es muy caro, pero a la gente le gusta. Nada más hay que ver cómo se llenan las salas cuando lanza ofertas o se celebra 'La fiesta del cine'. Además, hay que tener en cuenta que muchas películas españolas están subvencionadas, esto es, que pagamos doblemente, ya que esa financiación proviene de la recaudación de impuestos. Estoy en contra del todo gratis, pero también de los precios desorbitados. Habrá que explotar las nuevas posibilidades que da la tecnología», argumenta el escritor y cineasta gaditano José Manuel Serrano Cueto. El dos por uno, los descuentos en el ambigú o la reducción del 30% del precio de la entrada para los poseedores de la Tarjeta Andalucía Junta 65, vienen a minimizar el agujero que abre en el bolsillo la compra de una entrada. Las salas de la empresa Unión Cine Ciudad son las que llevan a cabo estas promociones en Cádiz.
Las cuestiones que atienden al tipo de películas y por ende de público también merecen un profundo análisis. Consumimos largometrajes por internet porque la variedad del catálogo es infinitamente más extensa que la de la taquilla. ¿Tendrá que trasladarse el gaditano a otra provincia para ver 'The Artist', (por poner un ejemplo) antes de que se celebre la gala de los Oscar? El cine independiente apenas tiene cabida en una ciudad de provincias como Cádiz. «Como en todas. Salvo en Madrid y Barcelona, las ciudades carecen de otro circuito ajeno al comercial. En Cádiz esa ausencia la suplía antes el Festival Alcances, hasta que empezó a dedicarse exclusivamente al documental. Hace años hubo un intento de reconvertir un cine familiar del Campo del Sur en un cine de arte y ensayo, pero no salió adelante», subraya Serrano Cueto.
Y es que tampoco existe una cultura de la versión original, por esgrimir otro ejemplo, como para que este tipo de proyecciones funcione en la provincia. En la actualidad, Unión Cine Ciudad de Jerez es de las pocas empresas que ofrece películas en la lengua original. «La única manera de competir es darlo todo», explica su gerente, José Alberto Benítez. Todo y durante más tiempo. Esta semana están programadas 24 películas para ser exhibidas en 15 salas. Esa variedad permite, por ejemplo, que haya dos posibilidades de ver 'Millenium', doblada o en V. O. No pueden luchar con el concepto multiocio ni con la comodidad de los cines instalados en centro comerciales, pero al menos seduce a un sector de la población cada vez más mayoritario. «Es un público más mayor y también atraemos a los más pequeños porque todavía están en cartel películas típicas de Navidad», reconoce el gerente. En uno de los cines más antiguos de Jerez (de los que están en funcionamiento en la actualidad) es imposible mantener el ritmo de estrenos, pero al menos renueva siete u ocho películas a la semana. Además, más tarde o más temprano recibe la copia que las distribuidoras sí mandan a otros cines de la misma empresa, como el de El Puerto o el Avenida de Sevilla. Ahí donde entra en juego el tercer punto del análisis. La crisis y la multiplicidad de medios de difusión han propiciado que las distribuidoras realicen menos copias de los largometrajes que hace unos años. A menos cantidad, menos lugares donde repartir. Si no funciona en el cine matriz deriva a uno de sus 'sucursales'. «Digamos que muchas de las películas mueren aquí. También tendremos 'The Artist', porque hay copia en Málaga, Sevilla y Córdoba. Lo que pasa es que ahora es mala época porque con el ruido de los Oscar la afluencia de público es mucho mayor, por eso la mantienen durante más tiempo», explica Benítez. «¿El cierre de Megaupload? No nos afecta porque el segmento de público que viene a este cine es muy diferente al de Internet, Tarde o temprano saldrá otra cosa. Lo que si sería una pena es que desaparecieran los cines alternativos», continúa.