HONORABLES Y JOROBABLES
Actualizado: GuardarCada vez tengo más claro, y esta semana se ha visto aún mejor, que el mundo se divide en dos: los ciudadanos honorables y los ciudadanos jorobables. Los honorables son muy poquitos y la lista de jorobables, los que se joroban con lo que hacen los honorables, ya está en la provincia por encima de los 200.000, 200.000 parados
El honorable Camps ha sido esta semana restituido en su honor. Yo siempre he pensado que una persona que se abrocha tan bien las chaquetas no podía cometer una cosa tan fea como cohecho impropio. No le pega nada a una persona tan fina, que lleva bien recortá hasta la calva. Me han dicho que hasta cuando come fideos los corta por la mitad no vaya atorarse con el paladar tan fino que tiene.
Otro honorable, Francisco Correa, puede que pronto esté en la calle si paga un millón de euros de fianza. La jugada de «restitución de honores» podría ser completa si el juez que impulsó el caso Gürtel, Garzón, es condenado, con lo cual a los jorobables se nos está diciendo muy clarito por donde va «la ley del Señor» y cuidadito con quien ose manchar su templo.
Mientras honorables hombres restituyen su honor, casi sin darnos cuenta el honorable ministro de Justicia habla de que habrá cadena perpetua de nuevo en España. Evidentemente esta pena será para los jorobables, para unos cuantos a los que sea rentable darle duro para que se note que en España hay orden y disciplina, que ya se echaba en falta.
Un honorable banquero, como Alfredo Sáenz, fue indultado por el Gobieno, del PSOE, no del PP, no confundamos. Los jorobables nos preguntamos si el banquero hará lo mismo con los que se joroban porque no pueden pagar la hipoteca. ¿Indultará Sáenz a los que su banco les va a quitar la casa por no pagar?
Tengo la sensación de que cada día soy más jorobable por los honorables. La sensación de estar indefenso ante el poder y de que en cualquier momento puedo ser pisoteado. Para ellos queda el honor, para nosotros la vergüenza.