Jornada de nervios, lágrimas y cargas policiales a las puertas del Ayuntamiento
Por primera vez los agentes antidisturbios la emprenden con los manifestantes que reclamaban sus salarios pendientes
JEREZ. Actualizado: GuardarIncredulidad es la palabra que mejor define la sensación que respiraban ayer los presentes en la calle Consistorio tras el enfrentamiento entre trabajadores municipales y de concesionarias que reclamaban el pago de sus salarios y agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional. Por primera vez en todos estos últimos meses marcados por los conflictos laborales, los agentes emplearon la fuerza contra los manifestantes, entre los que resultaron varios contusionados.
La jornada empezó bien temprano en el Ayuntamiento de Jerez, que había convocado para las ocho de la mañana el pleno extraordinario y monográfico por los impagos de Acasa, la concesionaria del servicio de ayuda a domicilio. El resultado de la sesión no pudo ser más decepcionante para la treintena de trabajadoras -con casi cuatro nóminas pendientes- que se dieron cita en la sala. Durante un debate en el que volvieron a salir los dimes y diretes políticos de siempre entre PP y PSOE, algunas empleadas elevaron la voz para preguntar «pero ¿cuándo nos vais a pagar?». Finalmente, los acuerdos se resumen en que el equipo de gobierno estudiará las opciones de gestión municipal directa -siempre que la Junta de Andalucía garantice su financiación- y la gestión directa por parte de la administración autonómica. El PP propuso incluso la prestación vinculada al servicio aunque finalmente lo retiró a instancias de todos los partidos de la oposición.
Tras una hora de debate y votaciones -de las que la más destacada fue el rechazo de los concejales populares a retirar la denuncia por el encierro de Acasa en la sala de prensa del Ayuntamiento-, las trabajadoras abandonaron voluntariamente el pleno con reproches y lágrimas en los ojos: «Que tus hijos lloren lo que están llorando los nuestros», le dijeron a la alcaldesa.
Fuera, la calle Consistorio se tornó un día más en 'manifestódromo' y allí se reunieron, además de Acasa, las plantillas de Limasa, Policía Local -representantes del Sindicato Independiente de la Policía- y trabajadores municipales. Petardos, bocinas y gritos consiguieron interrumpir el pleno pero lo peor estaba por llegar. El intento de los manifestantes de entrar en la sede municipal propició que los agentes dieran aviso al grupo especializado de la Nacional. Ataviados con cascos, escudos, pistolas de aire comprimido y porras reprimieron la acción y se apostaron a las puertas cerradas del Ayuntamiento.
Si ya los ánimos estaban caldeados, esta primera carga propició que los nervios aumentaran aún más y que empezarán a volar las naranjas y, según los agentes, ceniceros y servilleteros de los bares aledaños. Por no hablar de más insultos y gritos. La segunda carga no tardó en llegar y esta vez fueron los agentes los que se abalanzaron sobre los concentrados. El resultado fue de varios contusionados por golpes, entre ellas, algunas mujeres.
«Incidentes puntuales»
No obstante, el subdelegado del Gobierno en la provincia de Cádiz, Javier de Torres, salió ayer al paso de las primeras informaciones de prensa asegurando que «se han magnificado los hechos» y señalando que hubo «incidentes puntuales». A su juicio, se emplearon las porras y salvas de aire comprimido «porque se temía por la seguridad de la Policía y de la institución, ya que incluso les han atacado con una carretilla». De Torre insistió en que ante los lanzamientos de objetos por parte de los manifestantes, los agentes «no pueden quedarse quietos». En definitiva, De Torre indicó que «la actuación de la Policía ha sido la contención. No ha sido una carga y la reacción de los agentes ha sido serena y tranquila»
Igualmente, el subdelegado explicó que «se ha identificado a varios responsables de los hechos y el atestado pasará a disposición judicial». El responsable, recientemente nombrado, pidió «cordura» a los dirigentes sindicales «que estuvieron especialmente activos» y tranquilidad a los trabajadores y a la sociedad en general ante los conflictos laborales.
Las reacciones de diferentes organizaciones y colectivos no se hizo esperar ayer. Los primeros en mostrar su rechazo en el mismo lugar de los hechos fueron los sindicatos. Trillo (CC OO) aseguró que «en todos los años de conflictos laborales que he vivido, nunca había visto esto». José García (CGT) insistió, por su parte, en que «no nos va a parar nadie, haya Policía o no» y Pedro Alemán (UGT) certificó que «este conflicto se les ha ido de las manos». Las tres centrales sindicales coincidieron en el mensaje de unión de los trabajadores y en calificar la situación a partir de ahora de «guerra».
Ante la envergadura de lo que ocurría en el exterior, los partidos de la oposición abandonaron también el pleno municipal por lo que el equipo de gobierno acabó solo y sin que se produjeran las últimas intervenciones previstas. Pedro Pacheco (Foro), Francisco Lebrero (PSOE) y Joaquín del Valle (IU) hicieron su valoración a a las puertas del Consistorio. Todos coincidieron en calificar lo sucedido de «barbaridad» y «vergüenza» y el PSOE fue más allá al pedir «la dimisión del subdelegado del gobierno como responsable de la intervención de los efectivos policiales». Igualmente, el Partido Comunista y el Movimiento 15-M también condenaron los hechos.
Los únicos que discreparon del sentimiento general en su reacción al conflicto fueron los miembros del SIP, que explicaron que «la concentración de protesta se vio interrumpida por los actos violentos y de agresión que ciertos manifestantes han realizado». Ante esto, «toda la representación del SIP se retiró del lugar».