Varios pasajeros aguardan su avión, ayer, ante una 'stand' de Spanair. :: B. AGUDO
Economia

Spanair se queda en tierra

La firma, el sueño de la administración regional para contar con una compañía de bandera, presentará en breve concurso de acreedores La aerolínea cancela todos sus vuelos tras negarse el Gobierno catalán a inyectarle más dinero

MADRID. Actualizado: Guardar
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Spanair se queda en tierra. Termina el sueño de las administraciones catalanas, empeñadas en contar con una aerolínea de 'bandera' que liderara la operación en un aeropuerto, el de El Prat, al que siempre quisieron convertir en un gran 'hub' internacional. A última hora de ayer, cuando el consejo de administración de la aerolínea llevaba ya más de cuatro horas de tensa reunión, era el Gobierno central el que adelantaba «el cese de operaciones» de la aerolínea. Después, la firma confirmaba la noticia y adelantaba que presentará en breve un concurso de acreedores ante «la falta de viabilidad financiera» y pedía dísculpas «a todas las personas que se puedan ver afectadas».

En plena crisis económica y mientras Cataluña sufre un aluvión de recortes en servicios básicos, ya no hay 'excusa' para seguir aportando fondos públicos a un agujero negro. Al tiempo, Spanair pedía ayuda a otras muchas aerolíneas españolas y extranjeras, sobre todo a aquellas con mayor presencia en Barcelona, para intentar realojar a la mayor cantidad posible de pasajeros.

Para evitar el caos, los responsables de Aviación Civil y de la Agencia Española de Seguridad Aérea se trasladaban a la capital catalana para coordinar el operativo en primera línea. El Ministerio de Fomento ha constituido un comité de seguimiento y ha abierto la página web www.seguridadaerea.es/AESA/LANG_CASTELLANO/PASAJEROS) para atender a los posibles damnificados.

El sitio de Spanair (www.spanair.com) quedó en blanco a las ocho de la tarde, y en su lugar tan solo aparece un teléfono de contacto, el 900 13 14 15. El departamento de Ana Pastor recordó que la aerolínea tiene la obligación de «atender a los usuarios que puedan verse perjudicados y, en concreto, de garantizar su asistencia, el reembolso del billete o un transporte alternativo, la suficiente información y, en su caso, la pertinente compensación».

Y es que no quedaba margen. Sobre todo, después de que la Generalitat (propietaria de un 24% de la aerolínea) decidiera no aportar más dinero a una firma que se hundía en un mar de deudas desde hacía meses, y de que el pretendido caballero blanco venido de Oriente, Qatar Airways, optara por no sumarse a la aventura de Spanair bajo la condición de socio industrial. Los cataríes, temerosos de que la Comisión Europea indagara y castigara el apoyo público de los últimos años a la compañía presidida por Ferran Soriano, estimado en 150 millones, pedían unas garantías que han sido imposibles de ofrecer. La posibilidad de que la ayuda árabe llegara a tiempo evitó en diciembre un cierre que, finalmente, ha sido irremediable.

Las negociaciones con Qatar Airways se prolongaron durante meses, pero nadie podía garantizar que al cabo de unos meses el comisario de Competencia o el de Mercado Interior llamaran a la puerta preguntando por la continua inyección de dinero público recibida desde 2009, cuando SAS (el anterior propietario) vendió la compañía.

El Gobierno autonómico justificó ante el consejo de administración de la aerolínea que sus prioridades de gasto son hoy otras. El Ejecutivo regional -que insiste en su compromiso con el aeropuerto de Barcelona- y distintas autoridades municipales y de servicio público de la capital condal activaron también varios gabinetes de crisis en los que participan, entre otros, las consejerías de Economía, Empresa y Ocupación, Territorio y Sostenibilidad, Protección Civil o los Mossos d'Escuadra.

Trabajadores y viajeros

El cese de las operaciones deja en el aire miles de reservas ya realizadas o pagadas, amén de más de 3.000 empleos en el alero, los de aquellas personas que trabajan de forma directa para Spanair y los de los empleados de Newco, la compañía especializada en 'handling' (gestión y traslado de maletas) que tiene en la empresa catalana a su mayor y casi único cliente y que, para colmo de males, está desde hace pocos meses en concurso de acreedores.

Tras suspender la venta de pasajes en Internet a media tarde del viernes, la solución para los viajeros vendrá de la mano de Aviación Civil y de las compañías competidoras de Spanair. El gabinete de Ana Pastor y esas aerolíneas 'amigas' (entre ellas, Iberia, Vueling y Air Europa) trabajan a contrarreloj para ofrecer soluciones inmediatas.

Afortunadamente, y como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga, y el Ministerio de Fomento tiene ya experiencia suficiente en sucesos parecidos; como los de Air Madrid o Air Comet, que dejaron de volar de forma sorpresiva dejando en tierra de miles de clientes.

La primera cancelación en El Prat fue la de un vuelo entre Barcelona y Valencia programado a las 23.30 horas de ayer. El cese total de actividad llegó a las dos de la madrugada de hoy. Spanair tenía programados 380 vuelos durante este fin de semana en la red de Aena. Desde la media tarde del viernes, los aviones de Spanair que aterrizaban en Barcelona eran apartados a sus hangares y precintados. Una medida necesaria, pues en otros sucesos similares no han sido pocos los robos de piezas y de costosísimos componentes de las aeronaves en medio de la confusión.