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La batalla republicana se reinicia
El triunfo de Newt Gingrich en Carolina del Sur deja en manos de los votantes de Florida el desempate
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarSi hay algo en lo que coinciden los tres candidatos republicanos que aspiran a batirse con Barack Obama es que la contienda «sigue abierta y será larga», dijo ayer Rick Santorum, sin que nadie le llevase la contraria. En lo que se equivoca el preferido de los evangélicos es en que la próxima batalla del día 31 se celebrará en un terreno más neutral.
Florida comparte toda su frontera norte con Georgia, el hogar legislativo de Newt Gingrich, que el sábado dio la vuelta a la contienda con la que se esperaba sellar la nominación de Mitt Romney. El exportavoz de la Cámara de Representantes le ganó por la aplastante ventaja de 12,5 puntos.
«No hay misterio sobre cómo lo hizo», observó en su editorial The New York Times. «Dos tercios de los votantes entrevistados en las encuestas a pie de urna dijeron haber basado su decisión en los dos debates de Carolina del Sur, donde Gingrich explotó el resentimiento racial y el odio hacia los medios de comunicación para conectar con los votantes furiosos».
En palabras del congresista de ese Estado, James Clyburn, Gingrich «arrojó carne cruda a las bases usando frases y palabras en clave con las que estamos muy familiarizados aquí en el sur». Los afroamericanos son casi el 30% del estado pero solo el 1% de los votantes republicanos en las primarias, con lo que Gingrich no arriesgaba nada al conectar con la parte más racista. O como dijo educadamente Clyburn en CNN, «con esos elementos del Partido Republicano que ven al presidente Obama diferente de todos los presidentes anteriores». El racismo ha aprendido a sobrevivir silenciosamente en el sur sin que se le mencione por su nombre, pero como buen sureño el exportavoz del Congreso conoce bien los clichés que habitan en la mente de esos votantes.
Decir que Obama es el presidente de los cupones alimenticios mientras que él quiere serlo de las nóminas, supone explotar la idea de que los negros son unos vagos que prefieren vivir de la beneficencia a trabajar. Romney también arremete contra el estado del bienestar pero desde un ángulo económico que conecta más con «las élites de Nueva York» a las que ataca Gingrich: las «fallidas políticas de Europa».
Todos piensan que el país está «al borde del abismo» empujado por «fuerzas poderosas» que requieren de un candidato agresivo, explicó ayer el líder del Tea Party en el Senado Jim DeMint. «Newt ha demostrado en los debates que lleva dentro el fuego necesario para enfrentarse a ellas».
Política migratoria
Santorum prefiere cortejar al movimiento ultraderechista con alabanzas. Mientras Gingrich les asusta con la promesa de que un segundo mandato de Obama «contendrá niveles de radicalismo verdaderamente escalofriantes», el exsenador de Pensilvania les previene sobre el propio Gingrich, «un candidato de alto riesgo» por el lastre que arrastra después de 40 años en política. Santorum les pidió ayer que escrutasen su historial en cuatro de los grandes temas más importantes para ellos: calentamiento global, seguro médico obligatorio, rescate de Wall Street e inmigración.
De cara a Florida, el exportavoz del Congreso lleva meses tejiendo una política migratoria «humana» hacia los inmigrantes hispanos. Romney le lleva un mes de ventaja en la campaña en ese Estado. Para que no vuelva a perseguirle el fantasma de la declaración de impuestos que le dañó en los debates de Carolina del Sur, el exgobernador de Massachusetts ha decidido colgarla en Internet mañana mismo, horas antes del siguiente debate, que será el número 18. Una cifra exageradamente alta que está cambiando la dinámica de esta campaña. Cada semana los candidatos se la juegan a vida y muerte y las encuestas dan la vuelta dependiendo de una vacilación, un arrebato de furia o un pequeño lapsus, porque la realidad es que los votantes no logran enamorarse de ninguno.
Si Romney se apunta una rotunda victoria en Florida, donde los delegados no se reparten de forma proporcional sino que el ganador se los lleva todos, recuperará el papel de favorito de cara a una etapa de Estados que le resulta favorable. En febrero celebrará primarias su natal Michigan, además de Nevada, Colorado y Arizona, que tienen una alta concentración de mormones, Maine, vecino de New Hampshire, donde ha obtenido su única victoria, así como Minnesotta y Missouri. Santorum, sin embargo, piensa que esta contienda no se decidirá «por lo menos hasta el Supermartes» del 6 de marzo, cuando se pronuncien de golpe diez Estados de la unión.