Jerez

La Merced, la casa de todos los cofrades

La Buena Muerte se muda a la Merced con la mirada puesta en Santiago; La corporación celebrará sus cultos cuaresmales en la Basílica de la Merced y no volverá a su casa tras la Semana Santa

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No es necesario viajar hasta las hemerotecas para recordar lo lejos que sentían los cofrades la Basílica de la Merced, tanto física como espiritualmente. No es necesario, porque apenas hace unos años que esta sensación era palpable. Tuvieron que llegar los padres mercedarios que hoy gestionan el convento, y alguno de glorioso recuerdo que ya no está con nosotros, para cambiar el signo de una Basílica que parecía condenada al ostracismo. Hoy, gracias al hospitalidad del padre Felipe, de Ismael y del resto de padres mercedarios, la Merced es la casa de todos, y así lo han entendido en la hermandad de la Buena Muerte, que han decidido abandonar de manera definitiva su casa de hermandad para embarcarse en un proyecto más ambicioso.

Recuperar una vida de hermandad normal era una aspiración de la corporación que preside José Vicente Montoro. Para ello era fundamental que las imágenes abandonasen la casa de hermandad, para poder gestionarla como lo que es, sede y dependencias de los hermanos para realizar sus actividades lúdicas y formativas, dejando las cultuales reservadas a un templo diocesano. De hecho, las dimensiones de la casa de hermandad impedían la celebración de los cultos de manera normal. Pese a que allí se realizaban algunas actividades litúrgicas, como la invocación al Dulce Nombre, los ejercicios semanales o los cultos a la Virgen de septiembre, lo cierto es que en cuaresma la hermandad debía abandonar la casa de hermandad y se iba a la iglesia de la Victoria, convertida en parroquia desde que cerró Santiago. Allí se han celebrado estos años los cultos cuaresmales de la hermandad de la Madrugá, y también los de la sacramental de Santiago.

La nueva sede canónica

Sin embargo, en el ánimo de la hermandad de la Buena Muerte nunca estuvo abandonar la iglesia de Santiago, ni el barrio que lleva el mismo nombre, y la hermandad ha encontrado en la calle Merced la solución a sus problemas, al menos, hasta que abra las puertas de nuevo Santiago. La Merced les permite un horario amplio de visita a las imágenes titulares, ya que la Basílica tiene misas diarias ante la patrona. De la misma manera, la sintonía con los padres mercedarios es total, y la ubicación geográfica del templo mercedario les permite mantener el contacto con un barrio al que se han acercado, y de qué manera, desde que abrieron las puertas de la casa de hermandad en la calle Nueva.

Se abre por tanto una nueva era, un nuevo tiempo para la hermandad de la Buena Muerte. Múltiples interrogantes que tendrá que resolver desde la nave principal del templo conventual, mientras que trabaja en silencio por volver un día al esplendor de Santiago. La Merced, de nuevo, patrona de todos. La Merced, la casa de Jerez.