El recibo de la luz se cobrará cada dos meses
Las eléctricas volverán a facturar según la lectura real de los contadores con el fin de que se abone solo el consumo real
MADRID. Actualizado: GuardarEl ministerio de Industria ha dado el primer paso para que los usuarios domésticos que se rigen por la tarifa eléctrica -unos 24 millones, puesto que también se incluyen los beneficiarios del bono social- paguen en todo momento por sus consumos reales. El departamento que dirige José Manuel Soria prepara un real decreto que establece que la facturación de los clientes se base en la lectura real de los contadores, realizada cada dos meses. La propuesta ha sido remitida a la Comisión Nacional de la Energía para su informe y ha sido acogida con satisfacción por las asociaciones de consumidores y también por las compañías suministradores.
La facturación mensual comenzó a aplicarse en septiembre de 2008. Frente al sistema habitual en los servicios básicos -el gas y la cuota de abono del teléfono fijo se pagan mediante recibos bimestrales-, Industria lanzó el cobro por meses pese a que las empresas le habían hecho saber que no disponían de medios para realizar la lectura de los contadores con esa periodicidad. Se les autorizó entonces a facturar por el procedimiento del consumo estimado -la medición se realiza un mes sí y otro no, y las desviaciones respecto al real se corrigen a posteriori- y surgieron multitud de conflictos. Al margen de algún caso aislado de recibos de importe astronómico, se dieron más frecuentes abusos. En ocasiones, tras las subidas de tarifa, a los consumos realizados en el periodo anterior se les aplicaba el precio más elevado. «La complejidad asociada a la regularización de los consumos provocó un importante número de reclamaciones», reconoce el ministerio.
Industria intentó controlar al principio la situación. Para eliminar la discrecionalidad, en los meses en los que no se disponía del dato real, la estimación debía realizarse tomando en cuenta los consumos históricos. Solo en caso de rescisión o cambio del contrato, la empresa quedó obligada a determinar el consumo real en esa fecha, para proceder a la liquidación correspondiente.
El proyecto de real decreto abre camino ahora a que, si el consumidor lo requiere, pueda seguir con el procedimiento de facturación mensual, pero también abre la opción de que, en caso de imposible lectura del contador el cliente pueda aportar el dato, como ya sucede en los suministros del gas y del agua.
Muchas denuncias
Las asociaciones de consumidores han aplaudido la iniciativa. Según la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) la facturación mensual no alcanzó el objetivo por el que se creó, sino que generó un importante malestar entre los usuarios, mientras que la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI) recuerda que el sistema actual «obliga a muchos ciudadanos a adelantar dinero de un consumo que no han llevado a cabo».
Las compañías eléctricas que comercializan el servicio también han expresado su satisfacción. La vuelta a la facturación bimestral les permitirá ahorrar los gastos administrativos de las comunicaciones mensuales que debían dirigir a millones de clientes. Aunque están intentando potenciar la facturación eléctrónica e incentivan la consulta por Internet, la mayoría de los usuarios opta por seguir recibiendo la información por correo.
El movimiento realizado ahora por el ministerio de Industria es el más sencillo de los que tiene que abordar en el corto plazo del primer trimestre del año de cara a la reordenación del sistema eléctrico. La congelación de la tarifa eléctrica que se volvió a aplicar el 1 de abril estuvo basada en la rebaja del precio de la electricidad en el mercado mayorista, y fue compatible con la subida de la parte regulada, lo que permitió que el déficit acumulado -unos 24.000 millones de euros- no siguiera engordando. Pero esta situación no se repetirá en la próxima primavera, con el auge de la demanda y el precio del crudo -que se usa como referencia- disparado.
El departamento prepara cambios en el reconocimiento de los costes de generación y en el procedimiento para determinar el precio de la energía, entre otros. Las industrias no acogidas a tarifa también presionan para que se modifique la composición del componente que también ellas pagan, lo que en el argot del sector se conoce como 'los peajes', que además del transporte y el uso de la red, incorpora otros conceptos, como las primas a las renovables.