China registra un crecimiento del 9,2%, pero comienza su aterrizaje

China ruge menos. Su crecimiento continúa siendo robusto, pero ha comenzado la maniobra de aterrizaje que todos vaticinaban. Cerró 2011 con una expansión del 9,2%, ligeramente por encima de lo que había previsto la mayoría de las instituciones internacionales, pero muy lejos del 10,4% de 2010.

La diferencia es aún mayor si se tiene en cuenta el dato del cuarto trimestre, un 8,9% que certifica la tendencia al descenso. Porque China comenzó el año pasado con un impetuoso 9,7% que se dejó dos décimas en el segundo trimestre de 2011, y cayó al 9,1% entre julio y septiembre. JP Morgan, pesimista, espera que la tasa se quede en un 7,6% en los primeros tres meses de 2012 antes de repuntar levemente.

«La situación para este año, tanto a nivel nacional como internacional, será compleja y conllevará grandes retos para los que tenemos que estar preparados», reconoció ayer el portavoz del Buró de Estadísticas, Ma Jiantang. No en vano, las previsiones para este ejercicio van desde el 8,4% al 9%. Ambas cifras todavía están por encima del umbral de comodidad de China, que se estima en el 8%, pero hay preocupación por lo que pueda pasar en Europa. Porque, por debajo de ese ocho, las protestas sociales, que ya salpican al país de forma casi continua, podrían desestabilizarlo.