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La Audiencia rechaza que testifique Ricardi y que se hable de él en el juicio
Las defensas solicitaron que el portuense, condenado por error por una de las violaciones, comparezca como testigo
Actualizado: GuardarRafael Ricardi no comparecerá como testigo en el juicio a los dos supuestos autores las agresiones sexuales cometidas a finales de los 90 en El Puerto y Puerto Real. Pero además, la presidenta de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, donde se celebra el juicio, impidió ayer que los abogados defensores hicieran preguntas acerca de él, al considerar que la figura de Ricardi no es relevante para aclarar la inocencia o culpabilidad de los dos acusados. Rafael Ricardi fue condenado y cumplió prisión durante 13 años por una de las violaciones que ahora se juzgan. Las pruebas de ADN permitieron demostrar en 2008 que el portuense era inocente y que los rastros genéticos que se recogieron en su día pertenecían supuestamente a uno de los acusados que ahora se sientan en el banquillo, al que se le atribuyen al menos otras cinco agresiones gracias a los análisis genéticos.
La segunda sesión de la vista oral volvió ayer a ser a puerta cerrada para el público y los medios de comunicación, a pesar de que solo estaban citados para declarar los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que investigaron las diez violaciones entre 1995 y el año 2000. Uno de los abogados de la defensa preguntó a uno de los agentes por la detención e identificación de Rafael Ricardi como sospechoso de una de las violaciones, pero la presidenta de la sala indicó al testigo que no contestara a esa pregunta.
Pruebas irrefutables
Los abogados de Juan B. G. y Fernando P. G, los dos acusados, de 55 y 56 años, sí interrogaron a los policías acerca de la supuesta existencia de un tercer violador, que nunca fue indentificado.
Además de los agentes de Policía, también comparecieron ayer los funcionarios del Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla que llevaron a cabo el cotejo del ADN de los dos acusados, con los rastros recogidos en su día en las violaciones. Estos informes científicos son las pruebas más sólida e irrefutables con las que cuentan las dos acusaciones particulares y la Fiscalía para acusar Juan B. G. y Fernando P. G. de las agresiones. Los peritos confirmaron ayer que el ADN de los acusados es compatible -la probabilidad es «muy fuerte», dijeron- con el hallado en los escenarios de las violaciones.
Hoy está previsto que declaren por último los médicos forenses y psicólogos que atendieron y valoraron a algunas de las víctimas de las violaciones, para que expliquen al tribunal qué secuelas psicológicas sufrieron. Según recoge la Fiscalía en su escrito de acusación, algunas de las mujeres padecieron cuadros de ansiedad, depresión, y miedo a los espacios abiertos y oscuros, que les impedía realizar actividades cotidianas. Algunas de estas heridas psíquicas se han curado con el tiempo, pero otras persisten sin cicatrizar.