ESPAÑA

Estreno de nuevo en Marruecos

Centra aun así sus primeros pasos de política exterior en la UE y visitará a Angela Merkel en Berlín, tras recibir hoy a Sarkozy Rajoy pensó en cambiar su primer viaje oficial para dar prioridad a la crisis

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Mariano Rajoy subirá el próximo miércoles al Airbus presidencial y pondrá rumbo a Marruecos. Un destino que ya eligieron para su estreno internacional sus antecesores en el cargo: Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.

Esta tradición obedece a la innegable realidad de que España y Marruecos, pese a ciertas desavenencias históricas, comparten notorios intereses en el ámbito económico, cultural y, en los últimos tiempos, en inmigración y seguridad ciudadana. Antes de este desplazamiento, que solo durará un día, Rajoy iniciará con fuerza una agenda internacional que apenas si mimó durante los dos últimos años como jefe de la oposición.

El jefe del Ejecutivo se verá, en menos de quince días, con el presidente francés, Nicolas Sarkozy; con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y con Ollanta Humala, presidente del Perú. Las tres citas serán en España. Rajoy volverá a hacer las maletas el día 26, para entrevistarse con Angela Merkel en Berlín y el 29, para asistir en Bruselas al decisivo Consejo Europeo que abordará el futuro del empleo en la Unión.

Pero lo primero será Marruecos, país que se mantuvo al margen de las revueltas de la denominada 'primavera árabe', que lograron cambiar el régimen establecido en Egipto, Túnez o Argelia.

Rajoy comprobará de primera mano la influencia que este movimiento tuvo en Marruecos, donde el rey Mohamed VI introdujo importantes cambios en la Constitución del país. Destaca la cesión de más poder al Gobierno, presidido por primera vez por un islamista moderado: Abdelilah Benkirane.

Rajoy paseará por las calles de Rabat, una de las ciudades que albergó hace un año y medio manifestaciones en contra el Partido Popular, aún en la oposición.

Los convocantes justificaron la protesta por la política del PP en relación al Sáhara Occidental y los graves disturbios ocurridos en el El Aaiún, en los que hubo al menos media docena de muertos y cientos de heridos.

La situación es hoy muy distinta. Rajoy se traslada a Marruecos a petición del presidente Benkirane, que cursó una invitación formal nada más ser investido Rajoy.

Jorge Moragas, director del Gabinete del presidente, considera que si este asunto sale durante a conversación entre ambos mandatarios «no supondría ningún problema».

Moragas, durante una sesión informativa, destacó que la posición de Mariano Rajoy sobre este contencioso es «ya conocida». Recordó que, incluso, formaba parte del programa electoral del PP. Un texto en el que se hacía mención expresa a la responsabilidad histórica de España y la necesidad de que el Frente Polisario y el Reino de Marruecos lleguen a un acuerdo bajo el paraguas de la ONU.

La única línea roja de este encuentro bilateral será, por lo tanto, Ceuta y Melilla. Rajoy defiende a capa y espada la españolidad de estas dos ciudades del norte de África y, por lo tanto, considera que comentar algún aspecto sobre ambas con las autoridades de Marruecos sería tan ilógico como hacerlo sobre «Barcelona o Badajoz», según apuntaron fuentes del Ejecutivo español.

Sumar

La nueva administración, no obstante, prefiere incidir en lo mucho que une a ambos reinos, sobre todo en materia económica. Hay dos aspectos espinosos. Por un lado, el acuerdo de pesca entre Marruecos y la Unión Europea. Su reciente ruptura trae de cabeza a las flotas andaluza y canaria. El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, entregó esta misma semana a la comisaria de pesca de la Unión Europea, Maria Damanaki, un documento del sector pesquero español y marroquí en el cual se contempla un marco de entendimiento para facilitar la futura negociación, además de reclamar compensaciones para los escadores de ambos países.

La primera toma de contacto entre Rajoy y Benkirane debería servir, además, para reforzar los esfuerzos en lucha contra el terrorismo extremista y, en especial, para aumentar el control en las fronteras que impida el acceso a España de personas sin la debida documentación.