Un operador de la Bolsa de Fráncfort, durante una sesión. :: EFE
Economia

Las Bolsas se enfrentan al último 'hachazo' de Standard & Poor's a la zona euro

La degradación masiva del 'rating', que acaba con la triple A francesa, podría afectar incluso a la solvencia del llamado fondo de rescate

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Si se cumple el viejo dicho de 'compra con el rumor, vende con la noticia', esta semana promete ser animada en los mercados bursátiles a uno y otro lado de Atlántico. La degradación masiva de las calificaciones de la deuda en la zona euro por parte de la agencia estadounidense Standard & Poor's el pasado viernes, que afectó a nueve países y provocó, entre otras cosas, la pérdida de la triple A francesa, pasará factura en los parqués. La incógnita es cuánto daño provocará semejante 'hachazo', pues algunos analistas señalan que, en cierto modo, la rebaja ya cotizaba en los últimos días.

Aun así, el golpe no se limitará a la renta variable. Ni mucho menos. La moneda única, que ya cotizaba a la baja en las últimas semanas, queda aún más expuesta. Tras el zarpazo de S&P, el euro se instaló en un cambio de 1,26 dólares, la proporción más baja desde agosto de 2010, y se hundió frente al yen japonés, contra el que se cambia a 97,2 unidades, la menor cota desde finales del año 2000.

Tampoco ayuda el mal resultado de la primera reunión del Gobierno de Lucas Papadimos con la banca acreedora de Grecia. Las conversaciones se rompieron el viernes y se espera que se retomen en breve. Quedan en el aire los 100.000 millones de euros que los bancos han de 'olvidar' dentro del programa de rescate heleno.

Se acerca también la cumbre europea del próximo día 30, en la que se pretendía poner en orden las ideas aún dispersas para sumar la unidad fiscal a la monetaria en la zona euro. Un encuentro que ahora nace marcado por la presión de acelerar las cosas y, sobre todo, de clarificar hasta el extremo el cómo y el cuándo.

A esa necesidad de dar respuestas claras y contundentes ya se ha referido la canciller alemana, Angela Merkel, poco sorprendida por el ataque de S&P y que no ha dudado en reclamar más celeridad a pacto fiscal europeo: «Estamos obligados a implementarlo rápidamente; los países tienen por delante un largo camino para recuperar la confianza de los inversores».

A la espera de esa crucial reunión (expresión un tanto manida a la luz de los decepcionantes resultados de las más recientes) de los líderes europeos, España y Francia tienen previsto que sus Tesoros acudan esta semana a los mercados en sendas colocaciones que, a buen seguro, resultarán bastante más caras. Una losa, la de los costes de financiación y las temidas primas de riesgo, que se creía ya superada a juzgar por el buen resultado de las realizadas la semana pasada.

El examen

Madrid y Roma respiraron entonces tranquilas después de recibir un balón de oxígeno en forma de menores costes de emisión y una excelente demanda. A ese espaldarazo contribuyó también el sector financiero continental, que ha visto un filón en la inyección de liquidez a tres años del Banco Central Europeo (ahora criticado por 'tacaño' desde Standard & Poor's) con la que después los bancos compran deuda soberana que les renta más intereses. El propio organismo emisor se ha convertido en el caballero blanco de los países en problemas, dedicado a la compra masiva de papel soberano en un gesto que, sin embargo, tampoco aplaude la calificadora.

Pero agua pasada no mueve molino, y el varapalo de S&P ha puesto todas las miradas en esas inminentes ventas de deuda. El primer impacto no fue muy intenso, y las primas de riesgo (el diferencial del coste del bono a diez años respecto al alemán) crecieron el viernes de forma muy limitada. Mientras la agencia de calificación insista en reclamar nuevos y contundentes ajustes (también a la gran perdedora de este golpe, Francia) y airee la falta de coordinación en la zona euro, todo puede ir a peor.

Fondo de rescate

La derivada del gesto de S&P que más miedo provoca en el seno de la zona euro (que ha calificado de «inconsistente» la rebaja) es su posible repercusión en el mecanismo de rescate, el llamado Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Y es que este resorte está sostenido por las aportaciones y los avales que los propios países le conceden. El problema es que al perder Francia (uno de los grandes pilares del sistema) su triple A no se puede descartar que las agencias de calificación vean en el FEEF a su próxima víctima.

Una rebaja de la nota del mecanismo de rescate haría aún más complicada la salida de la crisis de deuda soberana, y obligaría a los que aún mantienen la máxima calificación (Alemania, Finlandia, Luxemburgo y Holanda) a echar el resto. Algo que no termina de convencer a Angela Merkel y que preocupa sobremanera a Nicolás Sarkozy, a cien días de las elecciones presidenciales francesas y con su reelección más que en el aire. Sarkozy ha tratado de minimizar el impacto de la pérdida de la 'grandeur' económica gala y, sin ofrecer demasiados detalles, ha advertido de que anunciará nuevas reformas después del miércoles, día en el que tiene previsto un encuentro con la patronal y los sindicatos franceses. Antes se verá con Mariano Rajoy, también presionado por S&P para acometer una profunda reforma laboral.