El fútbol superó a los líos en Chapín

Sin tensiones ni disturbios, el estreno en el palco de Jesús Gómez lo marcó la victoria del Xerez al Hércules. El nuevo propietario de la entidad azulina llegó bien temprano al Municipal de Chapín y se adentraba en las entrañas del xerecismo desde el Hotel AC, sin hacer ruido y sin provocarlo. Y es que ayer el xerecismo solo quería hablar y pensar en fútbol, el principal mal endémico del Xerez a día de hoy. La trascendencia del choque de ayer ante el Hércules superó con creces la preocupación que ha generado el desembarco de Jesús Gómez y su grupo y las afición no quiso mirar al palco, sino al terreno de juego.

El arquitecto sevillano asomó levemente la cabeza por el palco de autoridades 20 minutos antes del inicio del partido, pero esperó en el antepalco hasta que prácticamente el equipo azulino sacaba de centro. Tras lo acaecido el viernes lo mejor era no hacer ruido, y esa era la función del sevillano. Ni un solo silbido a su llegaba, ni insultos ni coacciones o amenazas, como un día antes denunció en su comunicado. No aparecieron pancartas que protestaran el desembarco sevillano... La ignorancia es peor que el odio, o al menos eso dicen.

En primera línea de batalla se encontraba Jesús Gómez. Rafael Verdú a su derecha y Valentín Botella, presidente del Hércules, a su izquierda, pero poco apoyo más... El resto, en la retaguardia. Ricardo García prefirió quedarse en casa y enterrar de momento el hacha de guerra, Juan Bastos, socio de Gómez, lo esperaba en el Hotel AC. Y es que lo que importaba era el verde y lo que se disputaba en él. Gómez lo sabía y por no hacer ruido ni tan siquiera celebró el primer tanto xerecista. Una leve sonrisa y palabras con Rafael Verdú... Mejor no levantar la voz.

La afición, muy animada

Mientras tanto, la afición se metía poco a poco en el partido. Escaso número de xerecistas en la tarde de ayer debido al frío y a la lluvia, pero muy centrados en el equipo. A falta de increpar a Jesús Gómez, los xerecistas la tomaron con Carlos Calvo. El exjugador del Xerez saltó de titular en las filas del Hércules y fue el objetivo de los pitos de la afición, algo que cesó con la llegada de los goles.

Volviendo al palco, Jesús Gómez, con Rafael Verdú como cicerone, mantenía el tipo en su estreno como presidente en un partido de fútbol. Con el pitido que daba paso al descanso algunos se volvieron a la zona noble de Chapín, pero solo unos pocos se decidieron a hablar con el mandatario antes de que este accediera a los interiores del antepalco. Lo que se jugaba en el césped no despistaba a la grada y no hubo tensión... Afortunadamente, el equipo vencía al cuarto clasificado.

Pero los nervios provocaron que parte de la grada se acordara de los nuevos propietarios, más en concreto de Ricardo García. El que fuera intermediario en la operación de compraventa se llevó un recado por parte de una afición que seguía disfrutando del resultado, más animada que nunca en lo que llevamos de temporada. Poco más, ya que pronto llegaron los vítores al equipo tras lograr los tres puntos, lo realmente importante y que dejó la aparición de Jesús Gómez, que no se presentó aún a los jugadores, en un segundo plano.