De la relajación a la épica
Los blancos deambularon en el primer tiempo pero certificaron después una de las remontadas que pueden valer una Liga El Madrid se corona campeón de invierno tras dar la vuelta al marcador al límite
Actualizado: GuardarMourinho no hablaba por hablar. Él no perdió ni un segundo pensando en el Barça pero sus soldados se distrajeron de forma lastimosa en el primer tiempo y estuvieron a punto de dejarse valiosos puntos ante un Mallorca enorme. Reaccionaron a tiempo a raíz de los cambios ofensivos del técnico y gracias a la excelente aportación goleadora de Higuaín y Callejón. El Madrid se corona campeón de invierno tras una victoria muy polémica. El 'Pipa' igualó bordeando el fuera de juego, la remontada llegó tras una pugna del argentino que muchas veces se pita como falta, aunque cargó con el hombro al defensor, y al borde del final Ramos salvó un remate aparentemente con el costado pero con sus manos extendidas como un portero. También hubo un presunto penalti cometido por Lass en el primer período, un gol anulado a Ramos por un 'off-side' milimétrico y un fuera de juego inexistente señalado a Víctor, que con el juego ya parado acabó marcando. Entonces, el Mallorca todavía ganaba 1-0. En beneficio del árbitro Pérez Montero y de sus asistentes, justo es decir que ninguna de las acciones fue clara.
Si 'Mou' exigía máxima atención es porque sabe que las vísperas de los clásicos resultan peligrosas. Las estrellas tienden a no emplearse a fondo, a no meter el pie como es debido en los balones divididos, a intentar ganar con el mínimo esfuerzo y sin sufrir lesiones. Y el rival, en cambio, disputa el partido de su vida, con una actitud encomiable y un grado de concentración impensable en partidos menores. Pronto se vio que esta salida resultaría difícil para el Madrid, acostumbrado a los resbalones en territorio balear.
Campo minado
El método de Joaquín Caparrós es menos vistoso y mediático que el de Marcelo Bielsa, pero es indiscutible que de estrategia defensiva sabe. Todos sus equipos se organizan bien, defienden en grupo, son solidarios y se emplean con enorme intensidad. Supo el utrerano cerrar los espacios a los merengues en un primer tiempo perfecto para los suyos. Los de 'Mou' carecieron de la movilidad necesaria para generar espacios ante un colectivo tan bien pertrechado. Jugaban lentos los madrileños y permitían que siempre que uno recibía, le encimaran dos adversarios. Xabi Alonso no podía ejercer su magisterio, a Özil se le veía poco y de Callejón no había noticias. Y Cristiano se perdía en acciones individualistas en las que acababa reclamando falta de Cendrós.
Incluso atrás el Madrid ofrecía dudas insólitas este curso. Ramos y Pepe no mostraban su contundencia habitual. Dudaban y permitían crecer a los bermellones. Cada robo de balón de los locales se convertía en un contrataque veloz. Hay una máxima de Caparrós que sus discípulos aplicaron a rajatabla. Se puede tener más menos acierto pero hay que acabar la jugada y, si no, buscar una falta táctica. Un método tan viejo como práctico. Avisó el Mallorca en una de esas acciones fulgurantes que Hemed desaprovechó en el mano a mano ante Casillas. Solo tenía que cruzarla, pero llegó agotado tras una larga carrera.
Acertó en cambio el Mallorca a balón parado. Un córner en corto, un gran centro del Chori Castro y un magnífico cabezazo en plancha del delantero israelí que también posee la nacionalidad polaca. Distracción imperdonable de la defensa blanca, que no supo si salir o quedarse y al final se quedó con el molde. Tocaron a rebato los blancos y estuvieron a punto de empatar antes del descanso. Fue su única ocasión en el primer acto y llegó a balón parado. Ramos realizó un gran movimiento, pero cabeceó al poste.
El panorama cambió de forma brusca en la reanudación. Mourinho no hizo los tres cambios de una tacada, como en la Copa ante el Málaga, pero casi. Primero entró Higuaín y en 13 minutos Kaká e Higuaín. El Madrid pasó a jugar con tres defensas, a tocar más y mejor. Su acoso se hizo cada vez más insistente. Nunca jugó de forma fluida pero ya comenzó a llegar. Aunque fuera a base de tiros lejanos, Aouate ya sufría. Sus paradas y el travesaño, que rechazó un 'zambombazo' de Cristiano, evitaban el gol.
Lo logró Higuaín en uno de sus desmarques a la espalda, tras gran pase de Özil y con la colaboración de un defensor. Ya en plan épico, entre la porfía de Higuaín, que jamás da un balón por perdido, y el disparo en semifallo de Callejón, se certificó la remontada. Y Mourinho le dio un papelito a Pepe para trasladarle la táctica de los minutos finales. Vuelta a la zaga de cuatro, con el exespanyolista de lateral.