La líder opositora Tsai Ing-Wen saluda a sus simpatizantes durante un acto de campaña. :: DAVID CHANG/EFE
MUNDO

Taiwan elige entre el azul y el verde

Las elecciones presidenciales de hoy se presentan más reñidas que nunca, con China como coprotagonista

SHANGHÁI. Actualizado: Guardar
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Azul o verde. Estabilidad o afrenta. Continuismo o ruptura. República de China o República de Taiwán. Kuomintang o Partido Democrático Progresista. Los taiwaneses vuelven a enfrentarse hoy en las urnas a los dilemas de siempre, pero esta vez la pelea por el palacio presidencial está más igualada que nunca. El actual jefe de Estado, Ma Ying-Jeou, cuenta con una ligera ventaja sobre su adversaria, Tsai Ing-Wen, que podría convertirse en la primera mujer que dirija la antigua Formosa con su eficaz discurso sobre la necesidad de construir una sociedad más igualitaria, justa y autosuficiente.

Porque los últimos sondeos son de hace once días, ya que la ley electoral impide publicar encuestas en la recta final de la carrera electoral, y podrían haberse esfumado los tres o cuatro puntos con los que Ma lideraba la intención de voto. Además, la presencia de un tercer candidato, James Soong, que ocupó anteriormente puestos de relevancia en el partido de Ma y que ahora representa al Partido del Pueblo Primero, podría restar apoyos a los nacionalistas, que no han conseguido robustecer la economía tal y como habían prometido.

«Sí, nuestro Producto Interior Bruto ha crecido, pero solo se han beneficiado unos pocos, no el pueblo en general, que cada vez sufre más el encarecimiento de la vivienda y la reducción de los salarios», criticó la portavoz de Tsai, Hsiao Bi-Khim, en una rueda de prensa. «Además, Ma ha puesto todos los huevos en la misma cesta, en China». Para dar un vuelco a la política del país 'de facto' independiente, la candidata Tsai apuesta incluso por una coalición con Soong, algo nunca visto en Taiwán.

No obstante, los mercados confían en un nuevo triunfo del líder del Kuomintang, el partido que perdió la guerra civil contra los comunistas de Mao Zedong y que ahora aboga por un pragmatismo económico que ha propiciado la mejora de las relaciones con Pekín. «Ni independencia, ni unificación, ni uso de las armas», ha repetido hasta la saciedad Ma, que considera el crecimiento económico de 2010 (10,7%) y 2011 (previsto en un 4,5%), la reducción del paro (del 6,1% al 4,2%), y la moderación de la inflación (2%) sus principales logros en los casi cuatro años que ha estado en el cargo. Para el capital, lo más importante es la estabilidad que proporciona ese discurso, y las alzas en el valor del dólar taiwanés y en el índice bursátil apuntan a una victoria de Ma.

La fuerza de los 'indignados'

Pero hay muchos votantes descontentos que participarían en el movimiento de los indignados, si existiese en Taiwán, y que han cambiado el color de su voto. Huang Tzu-Chi es una de ellos. Esta mujer de 30 años, empleada en una gran multinacional electrónica taiwanesa, siempre había votado azul, Kuomintang, en los anteriores comicios. Pero, esta vez, asegura a este periódico que su apoyo irá al campo verde, Partido Democrático Progresista.

«Ya no es una cuestión de color», argumenta. «La situación actual no es sostenible porque el nivel de vida está cayendo, y me convence el carácter de Tsai, que es mucho menos político que el de Ma. El expresidente Lee Teng-Hui la apoya, y eso me hizo reconsiderar mi voto. La democracia no supone apoyar a un partido a muerte, sino dar una oportunidad a un candidato cuando el gobierno actual no lo está haciendo bien. Y, sobre todo los jóvenes creemos que ha llegado el momento de un cambio».

Con actitudes como la de Huang, es evidente que la victoria del próximo presidente no será por un amplio margen. De hecho, es posible que la llave esté en manos de los taiwaneses que residen en China, y que son proclives a votar al Kuomintang de Ma para mantener el acceso al mercado más goloso del mundo. No en vano, la política del actual presidente ha resultado en la reducción de aranceles para un buen número de productos taiwaneses, entre ellos los 'gadgets' electrónicos que produce la isla.

Para que estos puedan acudir hoy a su cita con las urnas, las aerolíneas han multiplicado los vuelos que unen ambos lados del estrecho, y la mayoría de los 103 vuelos extraordinarios programados desde el pasado día 9 ha ido llenos. Algunos empresarios, como Terry Gou, incluso han dado vacaciones a sus empleados taiwaneses residentes en China para que se acerquen a las urnas. Porque, lo quieran o no, la madre patria va a seguir siendo uno de los pilares centrales de la política de la 'provincia rebelde'.