Un respiro
La incógnita del éxito de la subasta de deuda es si marca un cambio de tendencia o se trata de un alivio pasajero
Actualizado: GuardarEl Tesoro español obtuvo ayer 9.980 millones de euros en una subasta de deuda con la que pretendía obtener 5.000 millones. El éxito resultó indudable al situarse la rentabilidad ofrecida entre el 3,38% y el 3,91% en bonos a tres, cuatro y cinco años. Se trata de la positiva respuesta que los mercados han ofrecido a los ajustes impulsados por el Gobierno Rajoy. El hecho de que la prima de riesgo española haya ido moderándose a lo largo de la semana hasta situarse ayer en 330 puntos básicos lo confirma. A lo que se suma que también ayer Italia lograse rebajar el interés de los bonos a un año del 5,95% del pasado mes al 2,74%, al día siguiente de conocerse que Alemania creció un 3% y su oferta de deuda obtuviera un buen resultado. La gran pregunta es si nos encontramos ante un cambio de tendencia o se trata de un momento de 'impasse' pasajero en las turbulencias financieras. Las sucesivas crisis que ha padecido la deuda soberana de los países del euro han podido reportar beneficios a la economía más especulativa, pero el incremento de los costes financieros de esa deuda unida al lastre que supone el déficit público ha llegado a poner tan en peligro las perspectivas de crecimiento de toda la zona que resulta difícil imaginar que de ello pueda beneficiarse durante más tiempo la economía financiera. El presidente del Banco Central Europeo sugirió ayer que el esfuerzo realizado por garantizar la liquidez del sistema bancario se estaría trasladando ya a la economía real. Se trata de una apreciación que está aun lejos de corresponder a la vivencia de las familias y de las empresas en España, pero que apuntaría a la posibilidad de que la evolución de los países centrales contribuya a sortear los riesgos de recesión que evidencia la periferia europea. Sin embargo el Gobierno no puede contemplar esta primera respuesta positiva a sus anuncios como el comienzo de un período venturoso, ni atribuirse en exclusiva el mérito de una subasta cuando el BCE está facilitando a las entidades financieras dinero a un 1% que les anima a comprar deuda pública. Del mismo modo que las instituciones europeas e internacionales deberían conceder un mayor margen de confianza a los sacrificios que está asumiendo la sociedad española y al potencial de recuperación que presenta nuestra economía.