Los continuos tropiezos con la Justicia del jerezano
JEREZ. Actualizado: GuardarDesde que el 23 de febrero del año 1983 el Gobierno español decidiera expropiar Rumasa, José María Ruiz-Mateos, el empresario jerezano propietario del grupo empresarial, ha rehusado presentarse ante la Justicia en varias ocasiones y ha convertido en un espectáculo muchas de sus comparecencias ante los tribunales.
Huir disfrazado con peluca y bigote de la Audiencia Nacional, vestirse de Superman o agredir a Miguel Boyer -el ministro de Economía que ordenó la expropiación- se cuentan entre los momentos más recordados en sus avatares judiciales.
Todo comenzó tras la expropiación, cuando se trasladó a Londres y, un año después, a Alemania. Fue detenido en el aeropuerto de Fráncfort y en noviembre de 1985 llegó extraditado a España, donde pasó unos meses en la prisión de Carabanchel antes de quedar en libertad bajo fianza. En el verano de 1987 Ruiz-Mateos decidió no presentarse a una citación de la Audiencia Nacional y se marchó con su familia a visitar santuarios marianos. Fue detenido y tras una semanas en prisión quedó de nuevo en libertad bajo fianza.
Eso fue solo el principio, hasta el último de los sonados episodios, ocurrido el 4 de octubre de 2005, cuando la Audiencia Nacional le condenó a tres años de prisión y a una multa de 21.600 euros por los delitos de alzamiento de bienes y de insolvencia punible a través de la compra de la agencia de viajes Mundo Joven. Ingresó en prisión el 26 de junio de 2007, pero seis días después le fue concedido el tercer grado por su avanzada edad y delicado estado de salud.