CEOE anima al Gobierno a aprobar un cambio legal rápido
Arturo Fernández pide abandonar los «paños calientes» y afrontar cuanto antes el cambio legal ante las diferencias con los sindicatos
MADRID. Actualizado: GuardarLa posibilidad de un acuerdo entre los agentes sociales que sirva de base suficiente al Gobierno para abordar la tan reclamada reforma laboral se aleja a marchas forzadas. Máxime si se tiene en cuenta la postura de la patronal, que parece preferir un nuevo 'decretazo' laboral dada la distancia que separa a unos y otros en lo relativo a los asuntos más espinosos, como puedan ser los salarios o la contratación.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, recordó ayer la conveniencia de apurar hasta el final las conversaciones, y aseguró que aún hay tiempo para cerrar asuntos pendientes. Ese tiempo, en realidad, son unas pocas horas. El responsable de Industria, José Manuel Soria, advirtió de que el gabinete Rajoy no contempla otro escenario que una reforma en el primer trimestre, haya o no concordia entre patronal y sindicatos, que facilite la contratación y rebaje la dualidad contractual que existe entre fijos y eventuales.
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) tiene claro que el Gobierno ha de dar el paso cuanto antes. Así lo defendió su vicepresidente y máximo responsable de la patronal madrileña, Arturo Fernández, que en declaraciones a TVE recomendó al Ejecutivo dar el paso cuanto antes. «Creo que tiene que legislar; ¿Para qué nos vamos a andar con más paños calientes?», dijo, argumentando que las posturas están muy distantes.
El empresario matizó que las relaciones con los sindicatos son «buenas, como no lo han sido nunca», pero animó a CC OO y UGT a «entrar en la modernidad y el cambio» que les ofrece CEOE. «El Gobierno no va a tener más remedio que legislar una nueva contratación; tiene que hacer un cambio profundo del mercado de trabajo porque, si no lo hace, seguiremos con esos 5,3 millones de parados», insistió.
En esa invitación al movimiento unilateral del Ejecutivo, Fernández recordó que la patronal demanda un contrato único con una indemnización por despido improcedente de 20 días y una anualidad como máximo, y la congelación salarial durante 2012 y 2013. Esto no será el bálsamo de Fierabrás, reconoció, pero «es sentar las bases de un futuro en el que poder pensar en contratar». Fernández aseguró que «las empresas no pueden pagar 45 días por año cuando van mal».
El mensaje sentó peor que mal a los sindicatos. Desde CCOO, su secretario de comunicación, Fernando Lezcano, dejó entrever una cierta división en la patronal. Más en concreto entre alguna de las organizaciones que aglutina y su presidente, Juan Rosell, del que, dijo, no son propias declaraciones como la de «no andarse con paños calientes». Cree Lezcano que esa maniobra busca evitar cualquier cesión propia de un pacto: «Están convencidos de que si regula el Gobierno lo hará de una manera más próxima a los dictados de la empresa».
El secretario de acción sindical de UGT, Toni Ferrer, declaró que las conversaciones siguen abiertas, y reclamó al Gobierno que no presione a los agentes sociales en una senda que sólo puede traer reformas «inútiles e injustas».